La Semana Santa se despidió hasta el año que viene con la procesión de El Resucitado por las calles de Algeciras, La Línea y Tarifa. El Campo de Gibraltar celebró con alegría la Resurrección de Cristo.

La primera cita fue en Algeciras donde la Semana Santa comienza y concluye en el colegio Salesianos. Si el Domingo de Ramos la Entrada Triunfal en Jerusalén abrió paso a la intensa semana cofrade, ayer El Resucitado repartió alegría a pie de calle.

Domingo de Pascua de túnicas blancas y capas blancas. Los pequeños sin capirotes formaron mayoritariamente el cortejo. Muy poco público para ser un día de fiesta y júbilo. Parece que la costumbre de acudir a ver al Resucitado no está arraigada. Sin embargo, la totalidad de hermandades y cofradías de Algeciras, representadas por sus juntas de gobierno, se sumaron a la celebración de la Gloria de Jesucristo. Destacables los crespones negros en la bandera de la Hermandad de La Palma y en la vara de mando en recuerdo de Pedro Quiñones, el hermano mayor tristemente fallecido el Miércoles Santo. Asimismo, en el trono junto a una palma también destacaba la medalla de La Palma con un lazo negro.

El paso de Misterio abandonó el colegio Salesianos a la voz del capataz Jesús Trujillo. Juventud a raudales que garantizan el futuro. La banda de cornetas y tambores Nuestra Señora del Rosario de Brenes vestida de blanco y celeste acompañó la procesión durante el recorrido.

La Cofradía Salesiana de La Borriquita asumió en 1985 la responsabilidad organizativa de la procesión del Resucitado en el que participan todas las cofradías, siendo aprobado el 4 de octubre del mismo año el fusionamiento por el Vicario General del Obispado.

La junta tiene como director espiritual al reverendo padre Juan José Gutiérrez Galeote, director del colegio, que por supuesto, no faltó a la importante cita. El estreno más destacado ayer fue el enriquecido de faldón delantero del paso de Misterio por la técnica de realce con piezas de tisú, lentejuelas y demás elementos decorativos, obra de Diego Rodríguez.

El Resucitado de La Línea, de la Hermandad de Gloria, hizo lo propio pasadas las doce del mediodía. Su salida del templo de la Inmaculada Concepción, en la plaza de la Iglesia, fue seguida por numeroso público, como viene siendo habitual en los últimos años tras su recuperación para la Semana Santa.

El Cristo recorrió, portado en parihuelas, el centro de la localidad, en concreto el paseo de Fariñas y las calles Alfonso X el Sabio, Carboneros, Doctor Villar, Hércules, San Pablo y Real antes de regresar a su templo. Durante su periplo, el Resucitado, adornado con claveles blancos, estuvo acompañado por la Banda Municipal de Música. Esta imagen fue realizada en los talleres de Olot, aunque se desconoce en qué fecha.

Tras la procesión, que apenas duró una hora, la actividad se trasladó al complejo educativo Ballesteros, donde tuvo lugar la fiesta de Resurrección organizada por la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío y que contó con el patrocinio del Ayuntamiento y la colaboración de todas las peñas rocieras.

La buena climatología animó a muchos linenses a acercarse al complejo y a disfrutar de la degustación de una gran variedad de platos y bebidas a un precio muy económico. Además, hubo actuaciones musicales, entre ellas las del coro rociero de la hermandad, Sabor Marismeño, Pilar Pérez, De antaño y el dúo Las Carlotas.

El alcalde de La Línea, Alejandro Sánchez, valoró ayer muy positivamente el desarrollo de la Semana Santa. Así, en primer lugar, agradeció la labor de los cuerpos y fuerzas de seguridad y resaltó "la absoluta ausencia de incidentes en las calles".

Por otra parte, extendió su felicitación al Consejo Local de Hermandades y Cofradías por la calidad de los desfiles procesionales, así como a los servicios de limpieza, Protección Civil y Rafael Cordón, coordinador de Festejos.

La procesión del Cristo Resucitado, puso punto y final a la Semana de Pasión tarifeña y si el Viernes Santo las calles se vestían de riguroso luto y silencio cristiano, ayer Domingo de Gloria la Iglesia se llenó de alegría y júbilo porque se celebra su día grande: la Resurrección de Jesucristo.

Y para celebrarlo, la procesión del Resucitado que desde hace varios años se convierte en broche de oro de la Semana de Pasión arrastrando tras ella largas filas de fieles que se suman a la buena nueva.

La mañana del domingo amaneció primaveral y contribuyó en gran medida a sumar esplendor a las últimas de las procesiones ante los numerosos ojos de los numerosos turistas que ha tenido el municipio.

Epílogos olores a incienso y a cirio quemado de la hermandad del Cristo de la Salud y la Virgen de los Dolores que tuvieron a gala llevar las rienda de este Corazón de Jesús, que a pesar de tener sede canónica en la iglesia de la Inmaculada Concepción, desfila cada Domingo de Gloria desde San Mateo que a la voz del capataz, Juan Carlos Castro, derramó Resurrección y vida por el casco antiguo.

Tras encender el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, la imagen del Sagrado Corazón de Jesús salía a la calle, precedida por muchos creyentes, así como representantes de todas y cada una de las hermandades y cofradías tarifeñas, que quisieron acompañar en procesión a esta imagen.

Al son de una marcha alegre, interpretada por la Banda Municipal de Tarifa, el Cristo Resucitado avanzó por Coronel Moscardó para sortear con mucho esmero la esquina de Rico, avanzar por Guzmán el Bueno y volver nuevamente a Sancho IV el Bravo hasta su templo.

Ayer, se cerró el triunfo de Cristo sobre la muerte. Los cirios, el olor a incienso y las ganas de levantás, esperarán -como cada año- en un nuevo calendario ya iniciado porque para muchos "ya queda menos para el Domingo de Ramos".