Centenares de personas se echaron ayer a la calle para contemplar la procesión del Cristo del Abandono. Las inmediaciones de la iglesia del Sagrado Corazón, en Los Junquillos, eran un hervidero a la hora de la salida, las 18:30, una hora después de lo que venía siendo tradicional para evitar retrasos en la Carrera Oficial.

Con un espléndido sol y algo de viento, las puertas del templo se abrieron a la hora prevista. Numerosos niños y jóvenes se subieron al muro de la parroquia para no perderse este momento único. Y es que la salida del paso de misterio resulta harto complicada aunque la cuadrilla de costaleros volvió a demostrar estar a la altura y la resolvió con maestría. Los costaleros sacaron el paso del Cristo del Abandono de rodillas y luego, en cuclillas, arrancando los aplausos de los cientos de devotos allí congregados. La Asociación Cultural y Banda de Cornetas de Nuestro Padre Jesús Despojado de San Fernando acompañó al Cristo.

El paso de la Virgen del Mayor Dolor fue sacado del templo sobre ruedas ya que las dimensiones de la puerta no permiten hacerlo de otra manera. Una vez salvado ese tramo, los costaleros lo levantaron y se colocaron en las trabajaderas. Fue un momento complicado en el que parecía que el paso se iba a venir abajo aunque finalmente no fue así. La Banda Municipal de Música de La Línea acompañó al paso de palio.

Con la hermandad desfilaron miembros de la Policía Local, muy vinculada a esta cofradía, así como el concejal de Seguridad Ciudadana, Gabriel Gonzálvez.

Tras la emotiva salida, la hermandad comenzó la procesión por la calle Virgen de la Palma para tomar Pedreras, Crespo, Balmes, Quevedo y Buenos Aires. Con uno de los recorridos más largos de la Semana Santa linense, tomó luego las calles Isabel la Católica, San Pablo y Sol hasta entrar en la calle Real, Carrera Oficial. Luego continuó por Duque de Tetuán, Castelar, Sol, Sevilla, Montserrat, Ribadeo, avenida de la Coruña, Santa Marta y Virgen de Palma hasta volver a su templo.