Semana Santa

Día histórico para la Buena Muerte

  • El Cristo y la Virgen vuelven a procesionar a costal, como en los orígenes de la hermandad

Día histórico para la Buena Muerte

Histórica salida procesional la que protagonizó la hermandad de la Buena Muerte de Algeciras. La cofradía decidió el año pasado que el estilo de carga de sus titulares fuera a costal, como en sus orígenes, en lugar de a varal y ayer realizó la estación de penitencia de esta manera por primera vez desde 1969.

Fue un día muy especial por lo tanto y la salida del Cristo de la Buena Muerte y de Nuestra Señora del Mayor Dolor no defraudó. El capataz Francisco Vadillo, acompañado por Alejandro Morales, dirigió a los 60 costaleros del crucificado en la difícil maniobra. Víctor Cupido, acompañado por Manuel Gil, hizo lo propio con los de la Virgen, también 60. Aplausos en la plaza Juan de Lima, con mucha gente, en correspondencia al señalado momento.

Las dos nuevas mesas de las imágenes son del sevillano José Antonio García Flores y de la restauración de los respiraderos del paso del Señor se ha encargado el también sevillano Ismael Delgado. La hermandad también estrenó ayer faldones hechos por el Grupo de Mujeres de la cofradía.

El Cristo de la Buena Muerte, solemne y envuelto en el silencio, recorrió las calles de Algeciras sobre un monte de lirios morados, una recuperación de la esencia de los primeros noventa. Recogimiento y devoción al paso del Señor.

Tras Jesús caminó su madre, acompañada por la Banda de Música Unión Musical Astigitana. La Virgen lució, tras cinco años sin hacerlo y por decisión de la nueva junta de gobierno, una de las joyas de la hermandad, el manto de 1912 hecho por Juan Manuel Rodríguez Ojeda, que perteneció a la Macarena.

Como es tradición, representantes de la Guardia Civil, hermano mayor honorario de la cofradía desde 1946, desfilaron junto a las imágenes. Este año además estuvieron acompañados por primera vez del vicario general castrense, Pablo Ramón Sánchez Panadero, que se desplazó desde Madrid.

El crucificado (uno de los dos que tiene la Semana Santa algecireña) impuso su silencio durante su itinerario por el corazón de la ciudad. Es una de las estampas más destacadas de la Semana Grande en la localidad, el Señor impregnando de callado recogimiento las calles.

El Cristo y la Virgen además subieron a San Isidro para saludar a Jesús de Medinaceli y su madre, una imagen que quedó grabada en las retinas.

Otras postales para guardar fueron el tránsito por Montereros o Buen Aire y el paso por la capilla de Europa tras recorrer la carrera oficial, ya entrada la noche. Una noche de muchas novedades que se instalará en la memoria de la hermandad.

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