La Borriquita/Los Barrios

Devoción y juventud acompañan a Jesús en su entrada triunfal

  • La banda municipal de Los Barrios acompaña a la Virgen de la Estrella

La suave temperatura de la tarde del Domingo de Ramos invitó ayer a los vecinos de la Villa para acompañar a las imágenes de Nuestro Padre Jesús en su Sagrada y Triunfal Entrada en Jerusalén y María Santísima de la Estrella, que iniciaron el primer recorrido de la Semana de Pasión de la Villa pasadas las cinco y media de la tarde.

La solemne apertura de la puerta lateral de la parroquia de San Isidro Labrador y los posteriores aplausos que se oían desde el exterior indicaban que la borriquita ya no tocaba el suelo. La banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Alhaurín de la Torre (Málaga), aguardaba fuera y, tras una trabajada y lenta maniobra, Jesús pisó, por pies de sus 38 costaleros, las calles de Los Barrios. El capataz, Javier León, recordó a uno de sus compañeros, Miguel Ángel, antes de emprender la marcha, siempre al son de la música.

Entre sones triunfales fue el trono haciéndose paso entre la gente que se agolpaba en la plaza de la Iglesia, escoltado por una multitud de niños y jóvenes barreños que abrían la comitiva, vestidos de blanco y celeste y portando las palmas que habían sido bendecidas por la mañana durante un oficio en la residencia de ancianos San Ramón.

Cuando el Cristo ya estaba en la calle Rosario, llegó la salida de la Virgen de la Estrella. La imagen, portada por 35 mujeres, salió pasadas las seis y cuarto con los sones del himno de España que tocaron los muchachos de la Banda de Música Municipal de Los Barrios, a las órdenes de Tomás Infante. La imagen de la Estrella fue llevada en volandas por sus portadoras durante todo el recorrido, decorada con rosas, lirios y claveles blancos.

La comitiva continuó su camino por las calles Palma, Santísimo, Cervantes y Alcaría. Todos los balcones de la calle Alta estaban engalanados con mantos de color púrpura, que contrastaban con las paredes encaladas del casco urbano del municipio. El esfuerzo fue aún mayor al llegar a la calle Consuelo, una calle estrecha, la conocida popularmente como cuesta de la bombona, que consigue estremecer a los barreños cuando la borriquita llega al cruce con Los Francos.

Las imágenes de Jesús y su madre, en el primer pasaje bíblico con el que empieza la pasión de Cristo, regresaron al templo alrededor de las nueve y media, aún de día.

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