Semana Santa | Viernes Santo

Algeciras vive el luto de la muerte de Cristo con la Misericordia, la Mortaja y el Santo Entierro

  • Los algecireños llenan las calles, tres años después, para acompañar con sobriedad a las tres queridas hermandades

El Santo Entierro efectúa su salida de La Palma este Viernes Santo

El Santo Entierro efectúa su salida de La Palma este Viernes Santo / Erasmo Fenoy

Algeciras está de luto por la muerte de Nuestro Señor Jesucristo en el Calvario. Esto es una realidad indiscutible que cualquiera que estuvo en el Corpus Christi, en La Palma o en la casa de hermandad de la calle Teniente Miranda puede corroborar. Tanto, como que ni la luz cálida de la primavera ni la multitud de personas que se lanzaron a las calles, tres años después y con una pandemia de por medio, restaron ni un poco de sobriedad al Viernes Santo algecireño.  

Quien se sacrifica para salvar del pecado a la humanidad y darle la vida eterna bien merece este día de recogimiento. Los algecireños siguieron, muchos de ellos de luto riguroso, la vuelta de tres queridas procesiones de la ciudad con rostros de duelo, aunque con la satisfacción interna de ver las imágenes de nuevo en las calles después de que el coronavirus lo impidiera en los dos últimos años. 

Solo los pequeños destellos de las cámaras de los móviles para inmortalizar los momentos de mayor emoción interrumpieron la noche grave y triste en Algeciras. 

El Cristo de la Misericordia. El Cristo de la Misericordia.

El Cristo de la Misericordia. / Erasmo Fenoy

Abrió el Viernes Santo el Santísimo Cristo de la Misericordia, que lucía las nuevas potencias de plata que ya estrenara el pasado mes de septiembre. En el paso, junto a la desconsolada Magdalena, por primera vez la figura de San Longinos, el soldado romano que traspasó el costado del cuerpo de Jesús con su lanza y acabó por reconocer su divinidad. 

Muchas personas siguieron con expectación la emocionante salida del Corpus Christi de la cofradía de la Cuesta del Rayo, que también procesiona el Domingo de Ramos con el Huerto, con el único sonido de la voz del capataz dirigiendo una maniobra delicada.

Mientras tanto, en la Plaza Alta, toda la Corporación Municipal se dirigía desde el Ayuntamiento hasta la iglesia de La Palma en silencio antes de la salida del Santo Entierro. Al frente de todos iba e concejal más joven, Fran Arango, portando el Pendón de la ciudad, una pieza cargada de historia y simbolismo.

A Algeciras le fue concedido su Pendón y el privilegio de usarlo en actos públicos de notoriedad sobresaliente por Real Cédula de 1834. En dichos acontecimientos sería portado, alzado y flameado u ondeado por el Alférez de la Ciudad. La concesión de alzar Pendón propio supuso el reconocimiento regio de la autonomía y consolidación plena del Ayuntamiento, como así mismo, de la antigüedad de la población.

Los toques de la campana del reloj de Nuestra Señora de la Palma marcaron el inicio de la segunda procesión del Viernes Santo. La cofradía del Santo Entierro y MaríaSantísima de la Soledad aguardaba en el interior del templo, dispuesta para cumplir con su estación de penitencia. Antes de salir, se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la pandemia. El bello sepulcro de José Román, con cuatro hachones negros, comenzó su desfile entre aplausos. Quince minutos después, María Santísima de la Soledad también estaba en la plaza. La luz de las velas era prácticamente la única que iluminaba el rostro de la madre de Dios. 

La sobriedad de la Moortaja. La sobriedad de la Moortaja.

La sobriedad de la Moortaja. / Erasmo Fenoy

El tercer momento de emoción contenida y sobriedad tan propios del Viernes Santo se vivió en la calle Teniente Miranda cuando, poco después, salió a la calle la Sagrada Mortaja. Lo hizo sin luz eléctrica y acompañado de la voz de un barítono que dio más solemnidad al momento. En la mente de todos estaba Antonio González Malia, el querido hermano mayor de la hermandad fallecido en octubre de 2021 y en cuyo recuerdo, y en el de todas las víctimas de la pandemia, llevaron rosas rojas el Hijo de Dios y su Madre. 

El paso recrea el pasaje evangélico en el que Cristo muerto se encuentra en los brazos de la Virgen María, tras su descendimiento de la cruz. Las imágenes titulares son el Santísimo Cristo de la Caridad y María Santísima de la Piedad. Ambas aparecen en el mismo paso junto con otras figuras secundarias como son: San Juan, las Tres Marías, Nicodemo y José de Arimatea, además de la cruz vacía de la que cuelga el sudario.

La característica campanilla de un muñidor marcó el avance del cortejo de penitentes, mientras que las personas congregadas en este punto del centro de Algeciras y en otros a su paso guardaban un respetuoso silencio. Todas las imágenes que componen el paso de misterio son obra de Miguel Ángel Valverde, imaginero autodidacta natural de Carmona (Sevilla).

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