Los primeros días de la Semana Santa son bulliciosos. Jornadas de alegría, niños alborotando, estrenos y reencuentros, Legión y desde este año Regulares. Hasta que el Miércoles Santo por la tarde llega un punto de inflexión. Vuelve la sobriedad y el sabor clásico de la Hermandad de la Buena Muerte, con su andar contenido  anunciando que se acerca la Pasión de Cristo.

El Cristo de la Buena Muerte y la Virgen del Mayor Dolor impresionan siempre, también saliendo del patio de la Fábrica de Harinas. En este miércoles singular, la archicofradía carmelita de Los Estudiantes de Algeciras ha tenido que cambiar el punto de partida de su estación de penitencia por las obras de restauración que se están realizando en la capilla de La Caridad y, ante el ofrecimiento realizado por la familia Bandrés, ha decidido repetir la experiencia del año 2004, cuando ya tuvo que salir desde allí por otras obras en su iglesia. El cambio no ha desmerecido la belleza de la salida, acompañada de numeroso público que ha podido contemplar desde fuera incluso la primera levantá. 

La Guardia Civil, hermana mayor honoraria, acompaña al crucificado de Álvarez Duarte y ha cantado su himno antes de la salida; a los pies del Señor, un tricornio remarcaba el lazo entre las dos instituciones. A paso corto, a las 19:40 el Cristo hacía su salida hacia la avenida Agustín Bálsamo, un nuevo tramo que no obstante no ha supuesto ningún cambio de horarios. Ante él buena parte de los 300 hermanos que forman el cortejo, algo menos de la mitad de la nómina que forma parte de la archicofradía, y como acompañamiento un trío de capilla. Poco después, la dolorosa de Castillo Lastrucci emprendería su camino a los sones de Jesús de las Penas, interpretada por Asociación Cultural Banda de Música Maestro Infantes de Los Barrios, a la que también pertenecen los tres músicos del primer paso. A su alrededor, rosas rosas, en homenaje a las mujeres que padecen cáncer de mama (Bandera Rosa es una de las entidades con las que colabora la hermandad).

El andar del crucificado y su Madre y ese trío han sido los únicos sonidos que se han escuchado en la calle Rocha. La hermandad ha decidido, como también otras de Algeciras, discurrir por esta vía sin acompañamiento musical para que las personas con trastornos del espectro autista puedan disfrutar del paso de la cofradía.

En este 2022, se estrena la mesa del palio y también la trasera del techo. Aunque la gran transformación del palio está por venir: la hermandad está culminando los trámites para la restauración del manto de la Virgen, una obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda que perteneció a la Virgen de la Macarena, en los talleres del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.