El muelle de Gallineras está ya completamente inmerso en su gran transformación. Los trabajos de demolición de las viejas edificaciones que rodean el puerto deportivo están en marcha desde la semana pasada y muy avanzados. Y la característica imagen del club que se ha conocido en La Isla durante las últimas décadas está a punto de desaparecer definitivamente.

Eso sí, para dar lugar en unos meses –el tiempo que duren las obras– a una nueva configuración urbana de todo el entorno, más moderna y acorde con el pasaje natural en el que se encuentra y para el que tantos planes hay sobre la mesa. La actuación que ahora está en marcha se completará con la construcción de la nueva sede del náutico, que el Ayuntamiento tiene todavía que licitar.

Operarios y máquinas de la empresa adjudicataria de los trabajos –la UTE integrada por Construcciones Govasur SL e Inmaculada Sánchez Martín– trabajan a pleno rendimiento en estos días. De hecho, casi todas las edificaciones colindantes al emblemático muelle –que daban cabida a oficinas, locales y al llamado cuarto de redes– han desaparecido en estos últimos días. Solo quedan a la vista los escombros. Previsiblemente, en pocos días en el entorno estará completamente despejado para continuar con los trabajos de remodelación.

Las obras en Gallineras comenzaron a principios del pasado mes de marzo, si bien hasta ahora los avances de la intervención –a excepción del derribo de la capilla de la Virgen del Carmen, que fue la primera zona en la que se intervino– no habían sido tan visibles.

El acceso principal al muelle, debido a las obras, está cerrado desde la semana pasada, aunque se ha habilitado una entrada provisional a través de un carril de tierra por el que se accede desde el final de la Ronda del Estero. De esta forma, se intenta minimizar el impacto de las obras en la actividad del puerto deportivo, que se acomoda como puede a los trabajos.

Aspecto que presenta el muelle de Gallineras tras las demolición de las edificaciones.

El bar-restaurante continúa abierto y funcionando con normalidad y el club náutico dispone de unas oficinas provisionales que se sitúan a la espalda del varadero antiguo.

Los trabajos, coordinados a través de la APPA (Agencia Pública de Puertos de Andalucía) suponen una inversión de la Junta de Andalucía que supera los 450.000 euros, si bien paralelamente se llevan a cabo también en la zona por parte del Ayuntamiento obras de canalización de la red y mejora de saneamiento, que son indispensables también en esta remodelación de todo el entorno. Esta otra actuación fue adjudicada recientemente a la empresa Garrucho Construcciones SL por 144.000 euros.

La imagen conocida del entorno del muelle está a punto de desaparecer

En cuanto a la remodelación del entorno que ahora está en marcha, cabe recordar que el proyecto contempla, tras la demolición de las viejas edificaciones, la construcción de un nuevo paseo marítimo "en contacto con el caño y la lámina de agua que será participado por las embarcaciones que salen a mar del puerto náutico-pesquero y de un mirador elevado para poder disfrutar de este paisaje natural privilegiado".

La intervención, que en su conjunto el Ayuntamiento vinculada a los proyectos de la EDUSI en la franja este de La Isla, incluye también una plaza con bancada en color madera y vegetación autóctona en jardineras de suelo. La idea –precisaba hace unas semanas el Ayuntamiento– "es generar un amplio espacio público de nueva creación y en contacto directo con el entorno natural del caño que se situará justo delante del nuevo equipamiento que se proyecta construir en este enclave". Ayer, precisamente, la alcaldesa, Patricia Cavada, se reunió con los socios del club náutico.