San Fernando

Homicidio en San Fernando: Sorpresa y conmoción por la trágica muerte de Paquita

Bloque de viviendas donde vivía Paquita y donde se originó el incendio.

Bloque de viviendas donde vivía Paquita y donde se originó el incendio. / D.C. (San Fernando)

En la barriada Carlos III de San Fernando, a escasos metros de la estación de Joly Velasco, intentan todavía digerir la noticia. Hace dos semanas que enterraron a Paquita, una vecina de 83 años muy querida por los vecinos que había muerto tras el sonado incendio en su casa después de un angustioso rescate. Pero hoy, a mediodía, se han enterado de que su muerte fue doblemente trágica después de que su sobrina -una de las familiares que se encargaba de cuidar a la mujer- haya sido detenida por la Policía acusada de haber provocado el incendio y, en consecuencia, de ser la autora de un presunto homicidio. 

"No se sabía nada", afirma Cristóbal Moreno, presidente de la asociación de vecinos El Ancla, que conocía personalmente a la fallecida. "Pensábamos que había sido un trágico accidente", relata. "Sabíamos que la Policía estaba investigando, que había gente que había tenido que prestar declaración, pero no pensábamos que pudiera ser algo así...". 

Paquita, dice, era vecina de toda la vida del barrio. "De hecho, era la socia número 1 de la asociación de vecinos porque su marido había sido uno de los fundadores", explica Cristóbal. Siempre, apunta, estuvo en contacto con la entidad hasta que con la pandemia -en marzo del año pasado- dejó de salir de su casa por temor a contagiarse dada su avanzada edad. Desde entonces, explica, habían perdido un poco el contacto con ella. "Era muy querida y muy apreciada por todos", afirma, sorprendido por lo ocurrido. 

"La verdad es que fue un incendio muy raro, a esa hora, a las dos de la madrugada", comenta por otro lado Manuel, uno de los vecinos de los bloques más cercanos que fue testigo de primera línea en aquella fatídica noche. "Nada más que se veía humo, humo y más humo salir del bloque mientras la Policía intentaba entrar como fuera... Les costó la misma vida tirar abajo la puerta. Las patadas se escuchaban desde fuera", señala. 

La detención de la sobrina quince días después del incendio y cuando todo parecía haber vuelto a la calma, afirma, ha sido toda una sorpresa. "No sabíamos nada", afirma. 

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