memoria histórica

Derecho y deber de la memoria

  • Gracias a la colaboración ciudadana, el Ateneo Republicano reedita 'Trigo Tronzado', el libro de José Casado que narra los fusilamientos del 36 en La Isla

Entrega del libro 'Trigo Tronzado' a Amalia Casado, hermana del autor, en un acto del Ateneo Republicano.

Entrega del libro 'Trigo Tronzado' a Amalia Casado, hermana del autor, en un acto del Ateneo Republicano. / d.c.

La colaboración de más de 100 personas no sólo de La Isla sino de otros lugares de España -Madrid, Barcelona, Vigo, Valencia, Baleares...- ha permitido la reedición de Trigo Tronzado, la obra de José Casado en la que rescata los fusilamientos de la Guerra Civil en la ciudad y la realidad de aquella época en la que muchos sufrieron opresión y silencio. El escritor, porque así se aproximó a esa tarea de investigación y de memoria, fue "valiente" y quiso "hacer algo por su pueblo", para que esos tiempos no volvieran a repetirse.

Lo explicaba el presidente del Ateneo Republicano y Memoralista de La Isla, Antonio Olvera, en la carta que dirigía de manera simbólica al autor, después de recuperar gracias a una campaña ciudadana de recaudación de dinero un libro que incluso ha circulado durante muchos años en formato pdf. "Con esto, comenzamos a recuperar toda tu obra", apuntaba. Esa primera persona del plural hacía referencia a los descendientes de los "amenazados, vilipendiados o directamente asesinados por no pensar como los canallas que dieron el golpe contra la legalidad". Tienen el derecho y la obligación de recordarlos, especialmente a quienes murieron porque "adquirieron el derecho a la inmortalidad". "Haremos resaltar sus cualidades y virtudes para que sus hijos y nietos [también bisnietos] se sientan orgullosos", defendió Olvera.

Es una tarea que va con retraso. Algo indignante, como dejaban ver sus palabras, cuando sigue habiendo en la ciudad homenajes, "en forma de monumentos, placas o el callejero", a los responsables. En evidente alusión a la estatua ecuestre de Varela, como ejemplo de esta situación, el presidente del Ateneo Republicano expresó su esperanza de que La Isla, "nuestra Isla", termine por configurar una nueva fisonomía urbanística, con espacios públicos donde sea posible "la convivencia y el entendimiento, la participación y el conocimiento".

Pepe Casado en su obra habla de los fusilamientos que sucedieron en la ciudad en el 36, y lo hace con pasajes literarios, que pasan a la oralidad más absoluta, eso sí, "maneja muy bien la escritura", describió el secretario de la entidad, José Gallego. El escritor va de narraciones en tercera persona a contar sus propias historias y recuerdos, por lo que el costumbrismo está muy presente en las páginas de Trigo Tronzado. Crónicas silenciadas y comentarios. "Pepe muestra una imagen muy diferente a esa que nos quieren vender ahora las televisiones con los romances de posguerra", señaló. Plantea por tanto un contradiscurso. "Tiene por eso un valor tremendo, porque es una impugnación del poder", advirtió. Se refiere al ejercicio del control sobre las personas: físico "mediante violencia y fusilamientos"; a través de los recursos escasos -económicos, de alimentos o para acceder a la sanidad-; pero también mental, al establecerse un único discurso. Es época, recordó, de silencio: se informaba de otras cosas que no fueran los fusilamientos; de identificar a los vencidos como quemaiglesias, violadores de monjas, rojos, mientras los vencedores eran mártires. "Pepe Casado usa sus palabras contra esto: recuerda al alcalde Cayetano Roldán como un mártir; llama impíos a los franquistas; y reclama La Isla como algo nuestro. Durante la dictadura se nos robó la patria y él quiere recuperar esa patria, el pueblo", añadió Gallego.

La reedición contiene varias ilustraciones, realizadas por Juan Manuel Fontenla, que ofrece una visión particular, pero clarividente, de lugares vinculados a la obra y a lo que ésta cuenta. Sin duda se ha valido del impacto que fue para él la lectura de Trigo Tronzado, como reconoció en la presentación del libro en una de las salas del centro de congresos que estaba abarrotada de público. En blanco y negro, a tinta china y a plumilla, para empastar con la atmósfera del libro, retrata al general Valera pero su pedestal lo componen calaveras. "El motivo que se aduce para defender su permanencia es precisamente el valor del pedestal, que es del arquitecto que diseñó el Valle de los Caídos", explicó el ilustrador. Dentro y en contraportada sale el Cementerio de los Olvidados, claramente el de San Carlos, donde junto a soldados ingleses de la Guerra de la Independencia se considera que puede estar una de las fosas comunes de la Guerra Civil más grande la Bahía de Cádiz. La portada del Arsenal de La Carraca mostrado como la puerta de un panteón, el Ayuntamiento donde se detuvo al alcalde y los concejales, a funcionarios y sindicalistas, y la imagen de los caños y marismas-con el puente Zuazo como telón de fondo reconocible- donde pueden descansar otras posibles víctimas, completan su trabajo para esta reedición.

Juan Delgado, miembro del Ateneo, recitó dos composiciones, que dedicaba a Cayetano Roldán y al autor de Trigo Tronzado. El acto finalizó con la entrega de un ramo de flores por parte de Amede (la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica) a Amalia Casado, que acudió junto a otros familiares del escritor. Se lo dio Miguel Ángel López Moreno. Gonzalo Alías le hizo entrega de un ejemplar del libro y de las ilustraciones que éste recoge.

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