Tribuna

Tan cierto como los toros de Castril

  • Tal es el ruido por el regreso de Jose Tomás que las ganaderías han pasado a segundo plano

José Tomás, en una corrida de toros.

José Tomás, en una corrida de toros. / Mario Guzmán / Efe

Llegó el momento esperado de descubrir la tela negra que cubría el cartel anunciador de las combinaciones de la Feria Taurina Corpus 2019. Unos carteles que habían despertado una gran expectación, por el adelanto del regreso de José Tomás a la nueva Plaza de Toros de Granada. En los pasillos de la primera planta del patio central del Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago, donde es costumbre realizar este importante acto, y que estaban repletos de aficionados, todo eran conjeturas, apuestas, deseos, hasta el número de festejos era una incógnita.

Pero, llegó el momento, se descubrió el tergal y tuvieron que pasar unos segundos para que los asistentes tomaran conciencia de lo que enseñaba el cartel, unos tímidos aplausos siguieron, lo que sin duda fue la reacción a una feria taurina tan distinta.

El primer aspecto distinto es que se celebra un festejo menos que el pasado año, pasado de cuatro a cinco, consecuencia de la corrida de José Tomás, totalmente condicionada por el diestro madrileño, con un caballo por delante, y sin competencia alguna en el ruedo. Esas, sin duda, han tenido que ser las exigencias -entre otras muchas que desconocemos y con toda probabilidad nunca conozcamos- pero el que algo quiere algo le cuesta.

Y no solo se ha puesto rara la Feria por esto, el resto de los festejos, salvo el del viernes con Morante, Juli y Fandi, son baratos, dejando para otras ocasiones muchas figuras del momento que, sin duda, la afición va a echar de menos. Esa puede ser y es una gran pregunta entre el aficionado local: ¿embargamos la Feria por José Tomás? La respuesta será tan variada que, difícilmente, dos taurinos tengan la misma opinión.

También viene distinta la Feria, pero por una importante decisión, la de programar una novillada picada, para el domingo 23, por varios motivos. Uno porque la afición lleva tiempo demandando, no solo en Granada, que vuelvan este tipo de festejos tan importantes y necesarios en otros tiempos, que prestan oportunidades importantes a los futuros maestros; y otro, no menos importante, por el acartelamiento de otro torero granadino, en este caso del bastetano Aquilino Girón, que tras un final de temporada excelente el año pasado este inicio lo quiere igual. Ya está anunciado en Granada y en Sevilla, así como varias novilladas en Francia. Fundamental que en la arena de la plaza de toros granadina paseen, además del Fandi, otros toreros de la tierra.

Ya está hecho, ahora solo falta, y no es poco, que cuando suenen clarines y timbales en cada una de las cuatro tardes, no se vea cemento ni en una sola localidad. Y también falta que los toros apartados embistan y den el juego propio de una res brava. Y también falta que el público disfrute, que recuerden este año como uno de los mejores, y que estén deseosos de que llegue la del 2020.

Que Dios reparta suerte. Vivan los toros.

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