Salud y Bienestar

La eliminación de la hepatitis C podría lograrse antes de lo previsto

  • La llegada de un tratamiento que cura la enfermedad cambió en 2015 el paradigma de la hepatitis C

  • Ahora, el reto es diagnosticar mejor y eliminar la patología en grupos concretos

El doctor Juan Antonio Pineda, del Hospital de Valme, en Sevilla, es una referencia en la coinfección VIH y hepatitis.

El doctor Juan Antonio Pineda, del Hospital de Valme, en Sevilla, es una referencia en la coinfección VIH y hepatitis. / archivo

Con cierta ebullición permanente de datos de incidencia, cada vez se ve más cerca la posibilidad de poder eliminar la hepatitis C en un corto espacio de tiempo. Incluso mas cerca del objetivo planteado por la OMS, el 2030. El cambio emergió en 2015, con la llegada de tratamientos orales para la hepatitis C eficaces, con pocos efectos secundarios y que logran la curación de la enfermedad en casi el 100% de los casos.

Los participantes de la primera Cumbre Mundial sobre Hepatitis, organizada ese año por la Organización Mundial de la Salud instaron a elaborar programas nacionales de lucha que puedan, en última instancia, eliminar la hepatitis viral como problema de salud pública en 2030. "En España ese objetivo será alcanzable antes de lo que esperábamos. Se están haciendo las cosas bien y estamos en muy buena situación", explica el doctor Juan Antonio Pineda, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas y Microbiología del Hospital Universitario de Valme, en Sevilla. Históricamente, este centro ha sido referencia en muchos aspectos relacionados con el abordaje de la coinfección VIH y hepatitis C.

Según Pineda, "desde que empezamos a tratar los pacientes con fibrosis hepática, hemos ido viendo como una realidad posible la eliminación de la hepatitis C". Prefiere usar el término eliminación como un concepto distinto de erradicación. La erradicación supone que no puede reaparecer la enfermedad. De acuerdo a los conceptos técnicos, el objetivo alcanzable sería la eliminación. Es decir, reducir a más del 90% la incidencia de modo que la transmisión de la enfermedad se detuviera. La OMS se planteó que para 2030 esto fuera posible. Para ello había que detectar el 90% de los casos y tratar al menos al 80%. "Esto suponía una reducción radical de la enfermedad. Si hacemos bien las cosas, para 2022 podría estar la hepatitis C eliminada en España", indica el experto. Para esto, "necesitaremos tratar a todos los pacientes diagnosticados independientemente del grado de evolución de la enfermedad". Lo siguiente sería "extender el diagnóstico de la enfermedad. Aún hay muchos pacientes que tienen la hepatitis C y no lo saben al ser una enfermedad silente. Este es el mayor desafío. Para eso haría falta un escreening universal, pero eso es costoso y complicado", señala.

En su opinión, desde hace tres años, la gestión estratégica para poder acercar el tratamiento a quien lo necesita se ha hecho muy bien, muy rápido, pero extender el diagnóstico es más complejo. Se está haciendo un estudio nacional de prevalencia a través de los centros de salud. En septiembre de 2018 había en España 0,17% de la población tenía una infección activa. Es decir, unas 70.000 u 80.000 personas. "En breve, al ritmo que hemos ido acercando el tratamiento a más personas, serán unas 50.000 personas las que quedarían por tratarse".

El objetivo actual es llegar a esos pacientes y son necesarias estrategias concretas para la micro eliminación de la hepatitis C. La micro eliminación es un abordaje más concreto, dirigido a grupos de población determinados, para acabar con la enfermedad. Por ejemplo, las personas usuarias de drogas intravenosas o aquellas que padecen infección por VIH y hepatitis C. El Hospital de Valme es de los primeros hospitales de España que ha eliminado la enfermedad en esa comunidad de pacientes. "Lograr la microeliminación en grupos concretos es un objetivo planteable y realizable para acercar la eliminación total", afirma el experto.

Otro ejemplo de microeliminación es la experiencia de erradicación de la Hepatitis C llevada a cabo en la prisión cántabra de El Dueso, por iniciativa de la Consejería de Sanidad de Cantabria.

Para Juan Antonio Pineda, "algunas Comunidades Autónomas ya están realizando campañas para extender el diagnóstico, pero individualmente y no con una estrategia nacional como la que se diseño para poder acercar los tratamientos". Así, cree que "son buenos pasos pero entramos problemas de equidad. Los que han empezado a hacerlo hacen bien, pero lo ideal sería hacerlo a nivel nacional con un plan regido por el Ministerio".

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