Contacto piel con piel en partos con cesárea

Sentido y sensibilidad

  • Varias expertas revisan las trabas existentes para el contacto 'piel con piel' en partos por cesárea y proponen un protocolo para respetar el proceso

El primer contacto entre madre y bebé alberga muchos claves del desarrollo futuro

El primer contacto entre madre y bebé alberga muchos claves del desarrollo futuro / Archivo

El contacto piel con piel (CPP) entre la madre y el recién nacido tras el nacimiento es considerado como uno de los indicadores de Buenas Prácticas Clínicas, ya que ofrece múltiples beneficios para ambos: reduce el nivel de estrés en la madre, facilita el desarrollo del vínculo afectivo, el éxito de la lactancia materna y la adaptación del recién nacido a la vida extrauterina.

Sin embargo, en la mayoría de los hospitales se separa a madre e hijo el tiempo que dura la recuperación tras la cesárea, lo que puede extenderse varias horas. Sobre esa premisa un trabajo conjunto entre distintos profesionales del Hospital Universitario de Cabueñes, en Gijón; el Hospital de Barbastro, en Huesca y la Universidad de La Laguna ha querido analizar las ventajas del CPP tras las cesáreas y las principales dificultades para llevarlo a cabo.

El estudio, publicado en la Revista Española de Salud Pública, propone, además, un modelo de procedimiento de actuación para su puesta en marcha, de forma segura y que a la vez contribuya a humanizar el nacimiento. “A la vista de la evidencia parece fundamental poner en marcha estrategias que permitan instaurar CPP tras las cesáreas. No se debe olvidar que el nacimiento es un momento único que debe ser compartido por la madre, el padre y el recién nacido, por eso debemos minimizar los efectos de la cirugía siempre que la situación lo permita, intentando que el puerperio inmediato sea lo más parecido al de un parto vaginal”, explican en su trabajo.

Durante el contacto piel con piel, la madre y el recién nacido permanecen desnudos, en íntimo contacto entre sus cuerpos, preferiblemente en un entorno de media luz y tranquilidad. Durante las dos primeras horas de vida, el bebé experimenta un estado que se denomina periodo sensitivo, provocado por una descarga hormonal que tiene lugar durante el trabajo de parto en el que el niño está plenamente receptivo al medio externo. La colocación del niño sobre el pecho materno permite el reconocimiento por el olfato y la vista. Siguiendo sus reflejos innatos, la mayoría de los niños son capaces de llegar al pecho y realizar la primera toma en la primera hora de vida.

Asimismo, señalan que disponer de un protocolo consensuadoentre los servicios implicados permite aplicarlo “como un procedimiento de cuidados habituales con el objetivo de conseguir un entorno similar al del postparto tras un parto vaginal, pero sin olvidar que se trata de una cirugía mayor”. Para ello – aclaran– “es imprescindible la implicación y formación del  sanitario. Actualmente la realización del CPP en los partos vaginales es una práctica extendida en la mayoría de las maternidades y se realiza de forma normalizada.

Según recoge el estudio realizado por Marta Costa Romero , Paula Lalaguna Mallada y Nieves Marta Díaz Gómez, en los partos por cesáreas, muchos profesionales sanitarios ven a la mujer como una paciente quirúrgica más que como una madre y como tal se le trata. “Además, el recién nacido requiere vigilancia y su presencia en el quirófano se interpreta como un estorbo. Por este motivo se ha afirmado que los profesionales son uno de los grandes escollos para el desarrollo del CPP en las cesáreas”, señalan las autoras.

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