Riesgo cardiovascular

Tomar las riendas en diabetes

  • Expertos subrayan la necesidad de que los pacientes con diabetes tipo 2 tengan un papel activo en el control de su enfermedad y retomen cuanto antes las visitas de seguimiento

  • Más del 50% de las muertes en personas con esta patología se deben a causa cardiovascular

Prueba para medir la glucosa durante un control rutinario en una oficina de farmacia.

Prueba para medir la glucosa durante un control rutinario en una oficina de farmacia. / Barrionuevo

Según los datos disponibles antes de la pandemia, en España cada hora se diagnostican 44 nuevos casos de diabetes tipo 2, una cifra que va en aumento a pesar de que hasta en el 80% de las ocasiones pueden prevenirse con unos hábitos de vida saludables. Asimismo, la presión asistencial provocada por el Covid ha redundado en un peor control de los pacientes diagnosticados y en su estilo de vida, con el consiguiente aumento del riesgo cardiovascular asociado a la enfermedad. “Muchos pacientes con diabetes acumulan factores de riesgo cardiovascular como hipertensión arterial, sedentarismo, obesidad… Causas comunes, muchas veces coincidentes, de alta prevalencia y que multiplican el riesgo de padecer una complicación”, explica el doctor Javier Díez Espino, presidente de la Fundación de la Red de Grupos de Estudio de la Diabetes en Atención Primaria (RedGDPS). Según explica el experto con el descenso de consultas se han demorado analíticas, con lo que el diagnóstico en general se ha reducido y han descendido las revisiones que estaban programadas, las retinografías o las revisiones de pie”.

Pese a que se han puesto en marcha iniciativas para el control telemático de los pacientes, Díez Espino apuesta por la “proactividad” de los profesionales para “ir siempre un paso por delante, evitar que los pacientes se nos pierdan, recordarles los mensajes, especialmente entre los que tienen más riesgo de desarrollo de complicaciones. Pese a ello, reconoce la dificultad de hacer ver a los pacientes el alcance del riesgo cardiovascular. “Hablar de riesgo es hablar de probabilidad y lo que no es inmediato a veces es difícil identificarlo como un peligro. Se ven las cifras de la hipertensión, la glucosa o los lípidos, pero cuesta hacer entender al paciente hasta dónde pueden llegar las complicaciones de un ictus, una arteriopatía periférica o un infarto de miocardio. Para ser consciente de un riesgo lejano hay que asumir esto como una carrera de fondo en la que trabajar día a día”.

Para mejorar la educación diabetológica y la prevención, Juan Francisco Perán, presidente de la Federación Española de Diabetes (Fede), apunta al rol de la Enfermería especializada en Diabetes en Atención Primaria. “Muchas veces en Primaria no tienen el tiempo necesario para atender adecuadamente; falta educación diabetológica para entender que una enfermedad mal controlada provoca complicaciones que pueden llegar a la ceguera, infarto, insuficiencia renal, amputaciones o incluso el fallecimiento”. Además, hace hincapié en que muchas personas sufren la enfermedad y lo desconocen. “La diabetes empieza mucho antes de que aparezcan síntomas. El diagnóstico precoz permite actuar a tiempo y que después no tengamos complicaciones”. Respecto al último año y medio, Perán manifiesta que los colectivos de personas con diabetes “hemos sufrido abandono total”. “En los momentos más críticos de la pandemia los centros de salud, colapsados, no tenían recursos materiales ni humanos. Además, dos temas claves para el control como son la alimentación y el ejercicio físico se han visto muy afectados por los confinamientos”, explica.

La diabetes es uno de los factores de riesgo cardiovascular más importantes, junto con la hipertensión y el colesterol. “El problema es que ante el colesterol y la hipertensión se ha mejorado y definido cómo reducir el riesgo, pero esto no ha sucedido con la diabetes. La diabetes no está suficientemente bien controlada y cada vez hay más incidencia”, indica el Dr. Antonio Pérez, presidente de la Sociedad Española de Diabetes.

Por ello, el experto recuerda que la alimentación y el ejercicio físico son esenciales para prevenir la enfermedad y para prevenir el riesgo cardiovascular entre las personas con diabetes. Para hacer énfasis en el alcance del binomio diabetes y riesgo cardiovascular, Pérez explica que “una persona con DM2 multiplica entre dos y tres veces su riesgo cardiovascular comparada con una persona sin diabetes y, de hecho, una persona de 50 años verá reducida en unos ocho años su esperanza de vida”. Más del 50% de las muertes de personas con diabetes tipo 2 se deben a causa cardiovascular.

Por ello, “difícilmente una persona con diabetes estará bien controlada si no cumple con las pautas de alimentación y ejercicio físico recomendadas; el problema es hacerlo bien” y reconoce que “aún hay mucho por hacer en educación diabetológica para la prevención del riesgo cardiovascular”. Por ello, defiende una buena prescripción de estilo de vida y que el paciente informado cumpla lo mejor posible las recomendaciones: “la responsabilidad recae en el paciente, pero la enfermería especializada en diabetes y la implicación del médico es fundamental. El personal de Atención Primaria tiene que implicarse en estas cuestiones por ser elementos muy transversales”, afirma.

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