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Salud de la mujer: cómo afrontar cada etapa de la vida

El Dr. Luis Deyvi realizando una ecodoppler a una paciente en Quirónsalud Sagrado Corazón

El Dr. Luis Deyvi realizando una ecodoppler a una paciente en Quirónsalud Sagrado Corazón

El ser humano va evolucionando y pasando por distintas etapas desde que nace hasta que llega a la madurez. Y el cuidado de la salud es importante en todas ellas. Nuestro cuerpo está en constante cambio, expuesto tanto a factores externos que podemos controlar, por ejemplo mediante nuestro estilo de vida, como a otros endógenos propios de lo que sucede en el interior del organismo. Además, en el caso de la mujer existen determinados factores específicos que condicionan su bienestar en términos de salud, desde la menstruación en la adolescencia hasta la maternidad, en aquellas que deciden tener hijos, o la menopausia. Y en función de dichos acontecimientos está expuesta a distintas patologías condicionadas por los cambios fisiológicos que va sufriendo.

Por ello, siempre es recomendable que cada etapa vital vaya acompañada de un buen asesoramiento médico que permita anticiparnos y tratar aquellos problemas que puedan surgir. Las revisiones periódicas cubren unas necesidades en cada momento de la vida y no deben descuidarse, ni siquiera en momentos tan complicados como los que estamos viviendo actualmente con la pandemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2. Una única enfermedad que está condicionando nuestras vidas, pero que no impide que el resto de patologías sigan presentes. De la mano de los especialistas de Ginecología y Obstetricia de Quirónsalud, cuyos centros están acreditados como ‘Hospital protegido frente a la Covid-19’ por Applus+, vamos a realizar un viaje por todos estos momentos en la vida de la mujer que nos ayudaran a comprender las distintas circunstancias que la acompañan desde el punto de vista ginecológico y obstétrico a lo largo de su vida. 

Edad infantil (hasta los 14 años)

Edad infantil Edad infantil

Edad infantil

La edad infantil no suele ser un período con mucha patología y consultas frecuentes en el ámbito ginecológico. Esta edad lleva implícita una serie de cambios a nivel fisiológico importantes en la vida de la niña que pasa a ser adolescente. Durante este periodo se adquiere la talla adulta, se desarrollan los caracteres sexuales secundarios, se produce una maduración de las gónadas y hay un desarrollo completo de los órganos corporales.

En general antes de los 14 años tiene lugar la telarquia (desarrollo mamario), pubarquia (aparición de vello púbico) y menarquia (su primera menstruación), que desde hace décadas se mantiene en los 12,5-12,8 años, de edad cronológica.

Según explica la doctora Esther Velasco Sánchez, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Quirónsalud Córdoba, “en estos años cuando acuden a consulta ginecológica suele ser por patología relacionada con este desarrollo, como puede ser la pubertad precoz, los trastornos en los primeros años de ciclos menstruales, y en menor medida las infecciones vulvovaginales”. En general, apunta, “en todas estas patologías será preciso realizar a la niña una buena historia clínica y ecografías abdominales para valorar órganos pélvicos, ya que muchas no habrán comenzado aún su vida sexual. En la pubertad precoz es preciso realizar analíticas sanguíneas con niveles hormonales, y en ocasiones incluso otras pruebas más específicas”.

Para dichas patologías la doctora Velasco refiere que “no siempre se requieren tratamientos farmacológicos, como es el caso de los trastornos del ciclo menstrual que no causen anemia ni otros síntomas severos, pero también disponemos de distintos fármacos tanto para la menarquia precoz, como para los trastornos del ciclo o la dismenorrea intensa, si fuese necesario”.

Adolescencia

Adolescencia Adolescencia

Adolescencia

La adolescencia es una etapa de gran importancia que marca un hito en el ser humano. Es el periodo en el que se completa el desarrollo puberal, se produce el inicio de la menstruación y en la que muchos jóvenes experimentan sus primeras relaciones sexuales. Surgen en este tramo de edad numerosas consultas por alteraciones del ciclo menstrual y problemas hormonales. Es muy importante que la figura del médico en esta etapa transmita sensibilidad y empatía hacia el adolescente. No debe limitarse a la valoración, diagnóstico y tratamiento del problema por el que consulta la adolescente, sino que debe ir más allá, hacia una acción preventiva y educativa.

Las causas más frecuentes de asistencia ginecológica en la adolescencia, explica el doctor Daniel Lubián López, jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar, son los trastornos menstruales y pueden clasificarse en función de si se trata de alteraciones en la frecuencia o el ritmo de los ciclos menstruales (falta de regla, periodos muy largos, cortos o irregulares), alteraciones en la cantidad de las menstruaciones (reglas excesivamente escasas, hipomenorrea o reglas muy abundantes, hipermenorrea). La dismenorrea, el dolor en la menstruación, es de los problemas ginecológicos más frecuentes en la adolescencia, relata Lubián, dándose en un 39% de las niñas de 12 años y hasta en un 72% de las de 17 años. También cabe destacar las infecciones vulvo-vaginales ligadas al inicio de la actividad sexual aunque también pueden deberse, con menor frecuencia, a causas inespecíficas como el uso inadecuado de tampones, la higiene, usar ropa muy apretada o debidas a la masturbación, indica el especialista. Por último, señalar que cuando se producen retrasos en el desarrollo puberal pueden reflejar un funcionamiento anormal del ovario debido a delgadez extrema, anorexia, ejercicio excesivo o problemas médicos, entre otras causas.

El especialista insiste en que la adolescencia es una etapa llena de cambios y necesita de una atención profesional y especializada para todas aquellas jóvenes que necesiten acudir a una consulta. Aunque la patología ginecológica no es muy frecuente durante este periodo, “el papel del ginecólogo debe ir más allá del diagnóstico y tratamiento de las dolencias referidas por la paciente”, asevera el doctor Lubián, “ya que es muy importante la labor de asesoramiento del profesional médico en medidas preventivas de situaciones de riesgo (embarazo no deseado, ITS, abusos de tóxicos…). En opinión del experto, “no hay una edad concreta para la primera visita al ginecólogo. Es importante acudir al especialista si ya se han iniciado las relaciones sexuales, si se tiene algún problema ginecológico, o si hay dudas o preguntas que se quieran plantear” concluye.

Edad fértil (18-48 años)

Edad fértil Edad fértil

Edad fértil

La etapa fértil abarca desde la finalización del desarrollo tanto genital como fenotípico de la mujer, condicionado por el funcionamiento ovárico y su secreción hormonal, hasta la aparición de las disfunciones ováricas que llevarán al cese de la actividad estrogénica, y es una etapa marcada por la menstruación, como signo del reloj biológico de la actividad hormonal del ovario. En ella acontece el embarazo, como fenómeno biológico complejo de conservación de la especie, que en nuestro caso forma parte del proyecto vital de pareja o individual dentro de nuestra sociedad. Y por otro lado, ante el no deseo genésico, la otra opción de demanda asistencial es la anticoncepción, donde se personaliza el método idóneo para la mujer, a tenor de sus gustos personales, comodidad de uso y eficacia.

“El epicentro principal de patología en la consulta Obstétrica es precisamente la dificultad para conseguir gestación, por lo que supone toda una subespecialización el estudio y valoración de la pareja infértil, que debe hacerse en Unidades de Infertilidad especializadas”, explica el Dr. Adolfo López Gómez, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología de los hospitales Quirónsalud Sagrado Corazón y Quirónsalud Infanta Luisa, ambos en Sevilla.

En cuanto a la patología obstétrica, existen varios grupos de anormalidades inherentes al embarazo en sí, específicas del mismo. Por un lado, explica este experto, las alteraciones del desarrollo del feto, bien por motivos genéticos y\o cromosómicos, que suelen ser detectadas en un amplio porcentaje de casos en el primer trimestre o inicio del segundo, o bien por afectación externa, ya sea por agentes infecciosos, físicos o químicos, o por problemas nutricionales de la placenta. “Si la afectación se produce en las primeras semanas de embarazo lo normal es que se origine un aborto, mientras que si la afectación es tardía conllevará a un problema malformativo, retardo del crecimiento intrauterino, y en casos extremos la muerte fetal intraútero”, aclara el Dr. López Gómez.

El otro gran grupo de patologías son las que afectan a la gestante, entre las que destacan la diabetes gestacional y los estados hipertensivos del embarazo, además de otras patologías que sin ser específicas del embarazo, es la gestación un elemento de descompensación de la misma, como es la patología del tiroides y las trombofilias. 

Y existe un tercer conjunto de anomalías que afectan a la placenta y membranas ovulares, como son la corioamnionitis, las alteraciones en la localización placentaria o las que afectan a su inserción (placenta áccreta y pércreta)

“Además en el seguimiento de la gestación habrá que atender a los signos que adviertan la aparición de patología tumoral ginecológica puesto que, además de la posible aparición de la misma en cualquier franja de edad, cada vez son más frecuentes las gestaciones a partir de los cuarenta años, donde la aparición de tumores ginecológicos puede ser más frecuente”, admite el especialista de Quirónsalud.

Según el Dr. López Gómez, el abordaje del embarazo desde su deseo debería comenzar con una consulta pregestacional donde se analicen todos los factores familiares y personales que pudieran influir en la gestación desde su búsqueda hasta el puerperio. 

“Las anomalías genéticas no tienen ninguna posibilidad de corrección, salvo un diagnóstico precoz de las mismas que permita la interrupción de la gestación consensuada en los supuestos legales. Tan solo se podría evitar en determinadas circunstancias mediante un correcto diagnóstico pregestacional, con transferencia de los embriones no afectos. Y mediante un correcto seguimiento del embarazo podemos evitar la aparición de afecciones debidas a agentes externos, o en su caso la detección precoz de las mismas”, apunta.

Así mismo los problemas metabólicos, hematológicos e hipertensivos del embarazo merecen el abordaje desde un enfoque multidisciplinar. 

Por todo ello, señala, las unidades de Obstetricia actualmente deben contar con un equipo experimentado y logísticamente dotado para el diagnóstico prenatal y ecografías de alta resolución morfológicas, integrado por distintas especialidades como Endocrinología, Hematología, Medicina interna, y por supuesto obstetras con formación y experiencia en tocúrgia. Asimismo, señala el Dr. López Gómez, es imprescindible contar con el apoyo de una Unidad de Neonatología con Cuidados Intensivos, experimentada en el manejo de la hipoxia y la prematuridad. 

Además de todo ello, añade el Dr. Andrés Carlos López Díaz, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Málaga, las patologías más frecuentes en este periodo se relacionan con la sexualidad, ya que “es la etapa donde hormonalmente la mujer está más receptiva para la reproducción. Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y las infecciones locales suelen ser muy frecuentes”.

En verano, la aparición de hongos, fáciles de tratar; y, desde la coitarquia (primera relación sexual) hasta los 25 años, la aparición del Virus del Papiloma Humano (VPH), que afecta hasta al 80% de la población y que hoy día es evitable mediante la vacunación antes de los 14 años.

“Afortunadamente, el 90% de las personas que lo tienen lo eliminan espontáneamente, reduciéndose al 10% las que pueden tener enfermedades relacionadas con el VPH”, explica el Dr. López Díaz.

“Es muy frecuente que, a lo largo de este periodo, las mujeres tengan trastornos menstruales, la mayoría de las veces sin importancia, pero otras pueden estar significando la aparición de quistes o tumores (benignos o malignos) que hay que descartar siempre antes de indicar cualquier tipo de tratamiento”, explica.

Las alteraciones pueden ser muy variadas, por aumento o disminución de la cantidad de regla, por alargamiento o acortamiento de los ciclos o por más o menos duración de la misma.

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Además, apunta este experto, hay una entidad que cada vez ven con más frecuencia, que son los ovarios poliquísticos, que “generalmente cursan con alargamiento de los ciclos, aparición de más vello, tendencia a la obesidad y falta de ovulación, lo que puede originar cierto grado de infertilidad si no se trata”. Está originada por una resistencia a la insulina y suele presentarse a partir de los 18 años y en chicas jóvenes.

“Podemos resumir que la franja de edad de los 18 a los 48 años es la etapa de la mujer que tiene la finalidad de la reproducción, motivo por el que nacen todos los seres vivos en cumplimiento de la naturaleza: nacer, crecer y reproducirse”, sentencia el especialista de Quirónsalud Málaga.

Perimenopausia (48-54 años)

Una vez la mujer entra en la etapa perimenoupáusica, alrededor de los 48 años, comienzan a presentarse una serie de características sintomáticas y funcionales debido al déficit de estrógenos. Así lo explica el jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa y Sagrado Corazón, Adolfo López Gómez, quien apunta que, como patología ginecológica específica, a estas edades nos encontramos las afecciones urogenitales relacionadas con el suelo pélvico.

Igualmente, la etapa perimenopáusica es la de máxima incidencia del cáncer de mama, aunque en su etiología los estrógenos jueguen un papel potenciador. A medio plazo, el déficit de estrógenos puede afectar también a nivel cardiovascular, siendo la mujer tras la menopausia más vulnerable a la aparición de fenómenos trombóticos, ictus o incluso patologías isquémicas cardiacas. Por último, la desaparición mantenida de estrógenos es responsable en gran medida de la desmineralización ósea, lo cual traerá como consecuencia estados de osteopenia y finalmente osteoporosis.

Ante la aparición de los llamados ‘sofocos’, el doctor López Gómez recomienda tratamientos con sustancias de acción estrogénica, derivados de estrógenos vegetales o extracto de polen, al tiempo que señala que existe toda una disciplina dentro de la Ginecología para el tratamiento de todas las disfunciones del suelo pélvico, que comprende los tratamientos rehabilitadores y/o quirúrgicos para la incontinencia y el prolapso genital, así como dermoestéticos y funcionales. Ante la aparición de osteoporosis, hay fármacos en el mercado encaminados a recuperar parte de la masa ósea perdida o al menos detener el descenso de la misma; si bien, para el doctor López Gómez, “es mucho más importante mantener una actividad física adecuada, una alimentación sana y equilibrada rica en folatos y calcio, una vida social plena, una actividad sexual similar a su etapa fértil y un productivo desarrollo intelectual y cultural para evitar una mayor incidencia de síntomas y patologías relacionadas con el climaterio”.

Perimenopausia y menopausia Perimenopausia y menopausia

Perimenopausia y menopausia

Menopausia (54 a 75 años)

La menopausia natural es la ausencia de menstruación durante más de 12 meses, se debe al cese permanente de la función ovárica. Se sitúa entre los 45 y 55 años, siendo la media los 50 años.

La doctora Encarna Santana Verano, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Quirónsalud Huelva, indica que en esta etapa debemos valorar:

  • Síndrome climatérico: variedad de síntomas debidos al déficit de estrógenos: síntomas vasomotores, síntomas génito-urinarios, alteraciones del sueño, cambios cutáneos, síntomas psicológicos- cognitivos, cambios corporales y alteraciones de la esfera sexual.
  • Riesgo cardiovascular: historia familiar de enfermedad coronaria prematura, historia personal cardiovascular, edad, dislipemia, diabetes, hipertensión arterial, tabaco, obesidad y sedentarismo.
  • Riesgo de cáncer: se debe realizar cribado de cáncer ginecológico, mamario y colorrectal
  • Valoración del riesgo de osteoporosis: el déficit de estrógenos activa la resorción ósea, siendo esta más rápida en los primeros años de menopausia. Mayor riesgo de fracturas vertebrales en los primeros años. Posteriormente aumenta el riesgo de fractura de cadera.

En cuanto a cómo podemos luchar contra estos efectos de la edad, la doctora Santana recomienda llevar un estilo de vida saludable, con ejercicio físico constante, una nutrición adecuada, evitar las caídas, cese del tabaquismo y control de la audición y la visión.

Debemos informar a las pacientes sobre la terapia hormonal sustitutiva (vía oral , vaginal , transdérmica) ya que según la ginecóloga “es la terapia más efectiva para el manejo de los síntomas en este período, informando adecuadamente sobre sus riesgos y beneficios”.

Si la paciente no es candidata a la terapia hormonal sustitutiva (cáncer de mama, enfermedad coronaria, ictus, tromboembolismo, enfermedad hepática activa) disponemos de otros tratamientos no hormonales como las isoflavonas de soja, que “si bien no son tan efectivos, también ayudan a controlar los síntomas vasomotores” indica la especialista.

En muchas ocasiones la sintomatología predominante es la derivada de la atrofia urogenital (sequedad, prurito, disuria, vulvodinia, dispareunia…) en estos casos podemos utilizar estrógenos vaginales, así como la prasterona vaginal. También existen preparados con ácido hialurónico que pueden ayudar a paliar estos síntomas.

En cuanto al tratamiento de la osteoporosis Encarna Santana relata que existen en el mercado diversos tratamientos efectivos como los SERM, bifosfonatos, THS, Ranelato de estroncio, anticuerpos monoclonales, calcio o la vitamina D, entre otras opciones.

Edad geriátrica (Más de 75 años)

Edad geriátrica Edad geriátrica

Edad geriátrica

El proceso evolutivo que se produce en estas pacientes viene mediado en su mayor parte por la falta prolongada de hormonas esteroideas, principalmente los estrógenos. Esta circunstancia origina atrofia en diversos órganos, principalmente vulva, vagina, vejiga urinaria y hueso.

El doctor José Amores Tirado, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Quirónsalud Marbella, explica que la mayoría de las pacientes en este periodo refieren molestias en las relaciones sexuales que deriva en inapetencia sexual.

La sintomatología vesical se hace patente, relata el especialista, debido a la falta hormonal, con clínica urinaria consistente. Acuden de forma frecuente a orinar, con escasa cantidad y en ocasiones están afectadas por la imposibilidad de retener la orina, con las consiguientes consecuencias en calidad de vida.

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La afectación ósea se traduce en osteoporosis (falta de hueso en el hueso), explica Amores, que conlleva fracturas en columna, cadera, etc., sin causa accidental aparente. Se presentan de forma silente, y repentina sin sintomatología previa, dejando secuelas importantes. 

Para la sintomatología ginecológica el doctor apunta que existen hidratantes y lubricantes vaginales que mejoran la sensación de sequedad durante las relaciones sexuales. Igualmente contamos con preparados hormonales de acción local con una alta eficacia. Para la vejiga, se suelen prescribir productos que inhiben la inestabilidad vesical, disminuyendo la sensación de tener que orinar frecuentemente. Por último, indica el doctor, para el hueso se trabaja en tratamientos preventivos de la osteoporosis ya iniciada. Incluso existen productos que tomados de forma regular mejoran tanto la sintomatología genital como ósea.

El doctor Amores Tirado termina con un mensaje optimista: “El cumplir años conlleva una serie de cambios y consecuencias en el organismo de la mujer, pero existen tratamientos preventivos y curativos para que no se deteriore su calidad de vida”.