Cepsa  obtuvo un beneficio neto de 441  millones  de euros en el primer semestre del año, lo que representa un incremento del 7% con respecto al ejercicio anterior. El beneficio neto ajustado, que resulta al eliminar los elementos no recurrentes y calculando la variación de inventarios a coste de reposición, fue de 335 millones  de euros, frente a los 466 millones  de euros del primer semestre del 2017, lo que representa un 28% menos. La facturación ascendió a 12.391 millones  de euros, un 22% superior al mismo periodo del año anterior y la deuda neta alcanzó los 3.000 millones de euros al cierre del semestre, con un ratio deuda/EBITDA de 1,8. La empresa, que opera en el Campo de Gibraltar, realizó inversiones en proyectos a largo plazo que alcanzan los 1.630 millones  de euros.

Uno de esos proyectos es el puesto en marcha en la planta química Puente Mayorga (San Roque) para ampliar su producción. El proceso de revamping, además de aumentar la capacidad de producción de la planta de 200.000 a 250.000 toneladas, va a suponer la instalación de la tecnología Detal, desarrollada por Cepsa  y UOP, para mejorar su eficiencia. La compañía realizó variadas paradas programadas para el mantenimiento de varias unidades de la refinería Gibraltar-San Roque. Las inversiones en eficiencia energética permitieron continuar con la disminución de los índices de emisiones de CO2.

La actividad Química de Cepsa  logró unos resultados de 60 millones  de euros entre enero y junio, en línea con los obtenidos en el año anterior. Esto se consiguió gracias al nivel de ventas tanto de la línea de LAB (materia prima para la fabricación de detergentes biodegradables), como de la línea de fenol y acetona (materias primas para la producción de plásticos de última generación). En el área de refino, la empresa sufrió un descenso de los beneficios de un 59%, alcanzando los 91 millones  de euros. El precio del crudo Brent, de referencia en Europa, se incrementó un 36%, alcanzando una cotización media de 70,5 dólares/barril. Sin embargo, la empresa indicó que el incremento del precio del crudo no se ha trasladado de forma equivalente a los productos finales, gracias a una reducción de los márgenes de refino (incluyendo costes variables y autoconsumo), que se situó para la petrolera en 5,5 dólares por barril.

La producción de crudo del grupo durante el primer semestre fue de 86.108 barriles diarios, lo que supone un 10% menos que en 2017, comercializándose un total de 6 millones  de barriles, mientras que destiló 80,3 millones  de barriles de crudo, con un nivel de utilización de la capacidad de destilación del 92%. Además, se produjeron 10,8 millones  de toneladas de derivados petrolíferos, esto representa un aumento del 5% respecto al mismo periodo del año anterior. Las ventas de gas ascendieron a 15.265 gigavatios hora (GW), un 16% superior a las del 2017, y la producción de electricidad a 1.161 GWh, lo que se traduce en un aumento del 6% respecto al mismo periodo de 2017. 

Cepsa  se centró una vez más en materia de seguridad, lo que le ha llevado a mejorar sus cifras con un ratio de 0,89 accidentes con baja por cada millón de horas trabajadas.