El detenido por  ser el presunto autor del crimen de Manuela Bravo en San Fernando tenía denuncias previas por malos tratos de anteriores parejas. La Brigada de Policía Judicial de la comisaría de San Fernando inició las investigaciones tras la aparición del cadáver de la mujer, de 61 años, hasta acabar deteniendo al vecino de la barriada Río San Pedro, denunciado en El Puerto y Valladolid por otras mujeres.

En su detención en el Río San Pedro, según relatan los vecinos, el hombre salió de la vivienda esposado y “totalmente tranquilo, como si la cosa no fuese con él”, pese a los gritos e insultos que recibió de quienes se arremolinaron en los bajos de la vivienda. “Lo vas a pagar, hijo de puta”, le gritaban los vecinos.

Y es que, en un principio, todo el vecindario dio por hecho que estaba siendo detenido por el asesinato de su propia madre, con quien compartía vivienda y estaba presente en el momento de la detención. Tal fue la preocupación del vecindario que la mujer tuvo que asomarse a la venta para tranquilizarlos.

La versión de los vecinos del detenido es que frecuentaba la localidad de San Fernando porque “se dedicaba a trabajar allí como gorrilla”. Incluso aseguran que “alguna que otra vez se enfrentó a quienes no querían darle dinero. Además, aquí en el barrio, era una persona conflictiva”, decían.

Al parecer, Miguel vivía en casa de sus padres, aunque ninguno de ellos vivía allí de continuo tras su separación.

La víctima, Manoli, acudió en abril al Hospital San Carlos por una agresión de su pareja.