Denuncia

Una alumna de Sanlúcar lleva dos meses sin ir a clase por sentirse acosada

  • Los padres de la niña, de doce años, solicitan el cambio de colegio para dejar atrás “agresiones físicas y verbales”. Están advertidos de una multa de hasta 6.000 euros por absentismo escolar.

Los padres de la alumna piden a la Inspección Educativa que permita su traslado a otro centro escolar.

Los padres de la alumna piden a la Inspección Educativa que permita su traslado a otro centro escolar.

Un día de octubre pasado volvió a casa “con la marca de los cinco dedos de un compañero que le había dado un bofetón en la cara y un hematoma en la espalda de otro puñetazo”. Fueron las primeras señales del acoso que venía sufriendo en este curso una alumna de doce años del colegio Nuestra Señora de la Caridad de Sanlúcar, según su familia, que lleva meses denunciándolo por los cauces oficiales y ahora también públicamente a través de este medio.

En noviembre y diciembre, la chica “llegaba todos los días a casa llorando y contando que le estaban ocurriendo cosas muy gordas”. “Empezó a perder mucho peso, sufría caída abundante de cabello y tenía mucha tristeza. En el recreo, tenía que comerse el bocadillo en el baño para evitar que los niños se lo tiraran al suelo”, asegura su madre, que en enero pudo comprobar por sí misma los “insultos” que recibía en un grupo de Whatsapp de la clase. Hace ya dos meses que no va al colegio, exceptuando un paréntesis de cuatro días en el que acabó con “un ataque de ansiedad”.

Ha tenido que ser atendida en varias ocasiones en los hospitales de Sanlúcar y Jerez por “sintomatología ansiosa en relación a una situación de acoso escolar”, cuenta la familia aportando varios informes. “Se niega a asistir a las clases porque está viviendo un verdadero calvario, con visitas periódicas a médicos y psicólogos debido a que no cesa el acoso por parte de compañeros”, afirma la madre, que ha acudido, lógicamente, al propio centro, que es concertado, pero también a la Policía Nacional, la Policía Judicial, el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía, el Defensor del Pueblo y la Fiscalía de Menores.

Dado el tiempo transcurrido, el objetivo inmediato de la familia es conseguir el cambio de centro. De hecho, también ha realizado gestiones a este respecto, llegando a tramitar la correspondiente solicitud con conocimiento de que hay plazas disponibles en otros colegios de la ciudad. Según asevera, la última palabra la tiene la Inspección Educativa.

En cuanto a las distintas instancias a las que ha llevado el caso, la madre tiene, por lo general, una sensación de impotencia. En primer lugar, se queja de la atención recibida en el colegio, que abrió el pertinente protocolo. En el Ayuntamiento, la respuesta por la vía técnico-administrativa ha sido “lamentable”, con la advertencia de “una multa de entre 3.000 y 6.000 euros” por absentismo escolar, mientras la reacción por la vía política -con el alcalde, Víctor Mora, a la cabeza- ha sido “muy positiva”, llegando a remitir la documentación del caso a la Junta para que “deje de hacer caso omiso” y permita el traslado de la alumna a otro centro escolar.

Por su parte, el Defensor del Pueblo Andaluz ha admitido a trámite la queja registrada por la familia para su estudio. La Fiscalía de Menores ha archivado el caso porque la niña tiene menos de 14 años, si bien ha comunicado a los padres que pueden echar mano de la “vía civil” para “la reparación del daño y de los perjuicios que haya podido sufrir con motivo de los hechos denunciados”. Se trata de una opción que actualmente están valorando los familiares.

Lo último de este “calvario” ha sido una comparecencia de la madre en la Policía Local hoy mismo ante la advertencia relativa al absentismo escolar, que puede acabar en la Fiscalía de Menores.

Más allá de lograr el cambio de centro, la familia ha querido hacer público su caso para que los padres que se hallen en situaciones similares “no se encuentren indefensos y sepan dónde ir”.

El colegio mantiene el protocolo

El colegio Nuestra Señora de la Caridad ha respondido a este medio que “desde el minuto cero hemos aplicado lo que procede legalmente”, informando del caso a la Inspección Educativa y el Ayuntamiento.

El centro, que ha realizado entrevistas y otras gestiones en un “proceso largo”, ha concluido hasta el momento que “no hay evidencias” de que se trate de un caso de acoso escolar, si bien ha querido dejar claro que el protocolo iniciado en su día continúa abierto. “Los protocolos no se cierran de un día para otro, sino que se hace un seguimiento, si bien en este caso la niña no está viniendo actualmente al colegio”, ha apuntado.

El centro, que ha señalado que la resolución definitiva de este asunto compete a la Junta, ha asegurado que “somos los primeros interesados en resolver este tipo de problemas y así se lo hemos transmitido a la familia”.

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