El revés que ha supuesto la retirada de la bandera azul para Zahara de los Atunes viene a constatar la necesidad imperiosa de que Barbate cuente al fin con la nueva depuradora prometida desde hace más de una década y que está llamada a tratar las aguas residuales de los núcleos urbanos de Barbate y Zahara sin las deficiencias que presenta la EDAR actual.

Pese a estas urgencias, la nueva depuradora sigue en el limbo tras muchos años en los que los gobiernos de España y de Andalucía se han culpado mutuamente de estos retrasos. Lo último que se conoció data del pasado mes de abril, cuando el Gobierno que entonces presidía Mariano Rajoy anunciaba que el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente había iniciado ya los trámites para la licitación de la redacción del proyecto y estudio de impacto ambiental de los colectores, la estación de bombeo y la nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) para Barbate y Zahara.

Para este proyecto la Junta de Andalucía llegó a invertir años atrás 300.000 euros en elaborar el proyecto de esta actuación que posteriormente sería declarada de interés general del Estado. Y el Ayuntamiento, por su parte, aprobó en pleno ceder una finca municipal en la zona del Bujar -en la trasera de Montenmedio- para construir allí la nueva depuradora.

Esas obras, sin embargo, jamás se ejecutaron, y ahora incluso está en el aire la ubicación definitiva de esta nueva depuradora. Y es que la opción del Bujar parece ir difuminándose ante el riesgo de que pueda perjudicar a la cercana laguna de La Janda y al río Barbate, mientras que gana enteros la posibilidad de que se termine levantando en las inmediaciones de donde se vierte actualmente en verano a través del emisario submarino, en la zona de El Botero.

El alcalde de Barbate, Miguel Molina, anunció ayer que su gobierno apoyará aquella ubicación que garantice que las obras comiencen cuanto antes.