La "mansión" de 500 metros cuadrados de planta y 800 de parcela en Vistahermosa  que el catedrático de Medio Ambiente Tomás Ángel Delvalls se construyó entre 2010 y 2016 fue pagada casi en su integridad a través de las facturas que la UCA abonaba a las empresas de Sanlúcar contratadas para el docente.

Todas ellas suman un montante de 730.000 euros, si bien la Policía no descarta que otras facturas emitidas tanto por él como por su mujer tuvieran destino diferente al de los trabajos de investigación que les habían sido asignados.

La investigación policial, a instancias de la Universidad de Cádiz y la Fiscalía, descubrió rápidamente que los trabajos que se facturaban con la firma del catedrático no iban para laboratorios de química o de microbiología, sino para fontanería, albañilería, electricidad o domótica. Nada que ver con el estudio que, supuestamente, llevaba a cabo junto a su mujer del conocimiento de la contaminación de aguas litorales en la Bahía de Cádiz.

Las empresas constructoras, a cuyos responsables también se les ha pedido que prestaran declaración en condición de detenidos, eran colaboradores necesarios del catedrático y sabían que estaban cobrando por su trabajo de manera ilícita. Ni un sólo euro de los 730.000 euros que la Policía cree que puede demostrar que Delvalls sustrajo pasaron por su cuenta. Todo iba directamente de la mano de la UCA, que contaba con fondos europeos para esta investigación, a las empresas que levantaban el lujoso chalé.

Aunque el chalé está embargado, Delvalls, que está en libertad, sigue viviendo allí. Vive en la prueba del delito.