Provincia de Cádiz

Las comarcas de La Janda y la Sierra sufren el mayor impacto del paro en la provincia

  • En Barbate los datos de desempleo son abrumadores: uno de cada cuatro adultos está desocupado

El pasado noviembre se alcanzó en la provincia la cifra máxima de desocupados en lo que va de década, un récord que hace necesaria una lectura pormenorizada de la situación actual. La decadencia social en unos casos y la lenta transición hacia el desarrollo económico en otros han dejado un nuevo mapa laboral gaditano en estos primeros años de siglo XXI que destapa las verdaderas bolsas de parados que arrastra Cádiz.

Lógicamente, en términos absolutos son Jerez (que supera ya la cota de los 18.000 desocupados), Cádiz (11.390) y Algeciras (8.816) los municipios que concentran, junto a San Fernando y El Puerto, el grueso de los 106.597 desocupados. Estas cinco localidades tienen en su haber a 53.350 personas sin trabajo, exactamente la mitad de toda la población desempleada.

Sin embargo, el análisis relativo sobre cada localidad arroja un resultado bien distinto: son La Janda y la Sierra las comarcas que sufren el mayor impacto del paro. Es el resultado de comparar la cifra de desocupados con la población adulta de entre 20 y 65 años (universo disponible en la estadística regional), ya que no será hasta el censo de 2011 cuando se podrá valorar con respecto a la población activa (en edad y disposición de trabajar, lo que excluye a personas dedicadas al hogar o incapacitados).

Lo único que se mantiene como al inicio de la década es la localidad más sacudida, casi vorazmente, por la ausencia de oportunidades laborales. Es Barbate, donde el 24,5 por ciento de los ciudadanos adultos (y no jubilados), uno de cada cuatro, carece de trabajo. Esta proporción es aún mayor si se considera únicamente la población activa. Tomando como referencia la última medición censal del INE, la tasa era de un 52,1 por ciento, una de las más bajas de la provincia y de Andalucía. Aplicándola, la incidencia del paro llegaría al 47,2 por ciento, o, lo que es lo mismo, uno de cada dos demandantes carecería de un puesto de trabajo.

Un reflejo de la realidad barbateña que es todavía más claro al compararlo con otra localidad con similar padrón: Los Barrios. Con 20.800 habitantes, cerró noviembre con 1.530 parados, más de la mitad de los que tiene el pueblo jandeño (3.460) y 11.430 afiliados a la Seguridad Social, más del doble de los 4.600 barbateños.

Las administraciones son conscientes de la dramática situación social que se vive a raíz de las crisis pesquera y agrícola, pero, sin embargo, Barbate ha quedado fuera de las nuevas áreas preferentes (Atipes) en las que la Junta volcará ahora sus ayudas de empleo.

Tras este municipio, el podio del ranking de parados lo completan Ubrique y Villamartín, dos pueblos donde también se supera el 20 por ciento de desocupados sobre la población adulta. En el caso ubriqueño llega a afectar al 22,3 por ciento, mientras que en el villamartinense es el 21,5 por ciento. En ambos la situación ha empeorado en lo que va de decenio. Sin embargo, en el segundo el deterioro ha sido mayor porque a principios de siglo se encontraba en una posición intermedia en el conjunto de la provincia, mientras que Ubrique ya era la sexta con mayor desempleo.

Lo mismo que a Villamartín le ha ocurrido a Vejer, que se ha aupado a la cuarta posición con una tasa del 19,9 por ciento. En este caso, las razones que pueden haber provocado esta inflación de parados es el auge turístico que atraviesa esta localidad jandeña y que, si bien en verano deja buenas cifras de ocupación, en invierno este desarrollo, y la consiguiente atracción de trabajadores que lleva consigo, pasa factura en los peores meses de actividad de servicios, como ha ocurrido en noviembre.

El resto de localidades con mala situación laboral son Prado del Rey, Medina, Conil, Arcos, Tarifa y Benalup, y de ellas sólo Prado del Rey y Tarifa repiten en el top ten del paro gaditano.

Una relación en la que sorprende la ausencia de localidades de la Bahía que sí eran farolillos rojos laborales al inicio de la década, como Puerto Real y Cádiz, ocupantes de la tercera y cuarta posición de la provincia. Pese a la mejoría, la villa puertorrealeña sigue por encima de la media provincial (un punto y medio sobre el 13,9 por ciento), pero no Cádiz, donde la rebaja en la incidencia del paro es sustancial aunque parcialmente ligada a la fuga de jóvenes y el envejecimiento de la población.

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