Provincia de Cádiz

Un centro de El Bosque presta auxilio a 52 menores migrantes

La avalancha masiva de personas inmigrantes que han llegado en pateras en las últimas semanas a las costas gaditanas han desbordado los centros de acogida en Tarifa, Algeciras y Jerez, con lo que las autoridades competentes han tenido que echar mano de la solidaridad de otras poblaciones de la provincia como El Bosque.

Hasta allí han llegado 52 menores migrantes, la mayoría de origen magrebí y países subsaharianos, con edades comprendidas entre los 13 y los 17 años, que han sido alojados en el centro de educación ambiental El Castillejo ante la falta de espacio en otros sitios de acogida.

La Fundación Samu es la encargada de gestionar la atención a estos menores, todos ellos varones, que se encuentran desde la noche del pasado sábado en estas instalaciones de la Sierra gaditana. Esta organización tiene experiencia en la atención de menores tanto en unidades temporales de acogida como en centros residenciales permanentes.

La operación de auxilio a estos jóvenes migrantes se inició la noche del viernes pasado cuando la alcaldesa de El Bosque, Pilar García, recibía una llamada de las autoridades que demandaban con urgencia un lugar para acoger a estos menores. Unas 24 horas más tarde, ya la noche del sábado, los menores llegaban en autocar desde el Campo de Gibraltar hasta El Castillejo que, aunque cuenta con instalaciones comunes como salones, cocina y habitaciones compartidas, ha necesitado más camas para acoger a los niños. Ha sido la Junta la que ha proporcionado los recursos necesarios.

Es la primera vez que El Bosque recibe este contingente de jóvenes migrantes en estas remodeladas instalaciones que se abrieron en 2014 y están junto al jardín botánico del mismo nombre. El centro es de titularidad municipal, pero está cedido a la Diputación Provincial para iniciativas de carácter ambiental.

De momento, El Castillejo se ha convertido en un centro de transición para estos menores, que permanecerán en él por tiempo indefinido. Los jóvenes no han pisado aún las calles del municipio. La noticia de su llegada ha despertado la solidaridad de los vecinos bosqueños. La propia alcaldesa recordó que muchos se han prestado a ofrecerse como voluntarios para ayudar en lo que haga falta o donar material.

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