Provincia de Cádiz

SOS Bebés Robados Cádiz acude a Madrid para apoyar a Inés Madrigal

  • Una treintena de personas de la asociación gaditana no falta a la concentración por el primer juicio de estos casos en España

Mujeres de SOS Bebés Robados Cádiz con compañeras y compañeros de toda España protestan y piden justicia ante la Audiencia Provincial de Madrid.

Mujeres de SOS Bebés Robados Cádiz con compañeras y compañeros de toda España protestan y piden justicia ante la Audiencia Provincial de Madrid. / d.c.

"¡cádiz, exhumaciones, cajas vacías!", antes de fundirse en un cariñoso abrazo con Chary Herrera, la presidenta de SOS Bebés Robados Cádiz, Inés Madrigal, la denunciante del primer caso de Bebés Robados que llega a juicio en España, se dirigía a los medios de comunicación nacionales e internacionales que ayer por la mañana se daban cita junto a algo más de un centenar de víctimas frente a las puertas de la Audiencia Provincial de Madrid, donde el doctor Eduardo Vela ha sido sentado en el banquillo de los acusados.

Madrigal, que interpuso una denuncia por su robo ocurrido en 1969 en la clínica San Ramón de la capital tras confesarle la que creía su madre que el doctor Vela le propuso fingir su embarazo con cojines, se emocionaba al recibir los jaleos de ánimo que familiares y víctimas le lanzaron a su llegada a la Audiencia. Porque este juicio, es el juicio de Madrigal contra el doctor Vela pero también es el juicio "de todos".

Al menos, esa es la esperanza de la asociación gaditana y de las 27 entidades que existen en toda España de afectados por la trama de Bebés Robados. Asociaciones cuyos representantes se encontraron durante una mañana emocionante que, al menos para los gaditanos, seguía a una larga noche en autobús desde Cádiz.

Treinta y cuatro gaditanos de diferentes puntos de la provincia que no dudaron en desplazarse hasta la capital del país donde, junto con las asociaciones de Sevilla y Madrid, nutrieron en mayor medida la concentración al grito de "¡Bebés robados, vidas robadas!", "¡Nos los quitaron de la cuna!" y "¡Justicia, justicia!".

"Para nosotros estar aquí es muy importante porque al ser el primer juicio que se celebra en España, va a haber un antes y un después en los casos de bebes robados, pero, además, para nosotros, para Cádiz y Huelva, sobre todo, que tenemos la unificación de criterios de Fiscalía, es aún más importante porque aunque Inés no ganara, que ojalá, interpondría un recurso al Tribunal Supremo, donde nuestros casos nunca han llegado porque no han sido enjuiciados, y así el Supremo deberá decidir si se debe levantar la prescripción de los casos que es el gran obstáculo con el que nos encontramos", explica la presidenta de SOS Bebés Robados Cádiz, que sabe que elevar la causa al Supremo "es un arma de doble filo". "Si decide que el caso de Inés no debe contar la prescripción se reabrirían todos nuestros casos en Cádiz, pero como diga que está prescrito se archivarán definitivamente todos. Pero, claro, al menos podemos tener una posibilidad que no tenemos a día de hoy de conseguir justicia en Cádiz", apuesta.

Por ello gritan alto y claro ¡justicia!, por ello viajan toda una noche en un autobús repleto pero, también, lleno de ausencias. La de sus hijos, la de sus hermanos, la de sus primos y sobrinos. Incansable es Pepi Rodríguez, de Bornos, que busca a su hermano mellizo que dice que le fue arrebato a su madre, sordomuda y madre soltera, en el Hospital de Mora en 1957. Incansable es Margarita Díaz, que tuvo a su hijo en 1976 en el Hospital Militar, pero que fue trasladado al Hospital de Mora donde nunca más lo vería. Nunca más, ni siquiera su cadáver en el féretro que hace unos meses fue exhumado en el cementerio de San José, convirtiéndose en uno de los, por ahora, tres casos en los que los restos de los bebés no han aparecido en el proceso de exhumaciones que comenzó el pasado año en el clausurado camposanto gaditano. Incansable es Carmen Moreno, que busca a su sobrina nacida en 1984 ya que en ningún momento la dio por muerta. Ni cuando le enseñaron su supuesto cadáver ("¡si eso es una pescadilla congelada y con más vendas que Tutankamon! Déjame que la vea bien", le espetó a la enfermera que, inmediatamente la echó de la sala sin mostrarle correctamente el cuerpo). Incansables son las hermanas Encarni e Isabel Navarro que buscan a un hermano nacido en 1955 en el Hospital Puerta del Mar sobre el que le dijeron que había muerto a los tres días de su alumbramiento mientras que a su madre "la tuvieron dormida con cloroformo" en ese mismo periodo. "A mi abuela, que había visto al niño vivo y que decía que era lindo, los médicos no le dejaron ver el cadáver". Incansables como Toñi y Jesús Alcina, que no se rinden en la búsqueda de su hermano que vio la luz en 1983 también en Zamacola y que fue enterrado en el cementerio de San José. En su féretro sí han aparecido restos pero están a la espera "de que se apruebe el protocolo para hacer el ADN entre Junta y Ayuntamiento para hacer las pruebas y si no dan, volver a intentar judicializar el caso", describen.

Todos presentes, con una treintena más de compañeros que se han convertido en "familia" porque se ayudan "a pasar por esto", como les ayuda también la psicóloga Ana Arazo, que tampoco ha dudado en acudir a la llamada de las asociaciones de víctimas y familiares de Bebés Robados de España y se la pudo ver ayer portando su pancarta, pidiendo justicia y con sus guantes amarillos.

Guantes amarillos que igualaba en su dolor y en su grito unánime a los manifestantes y que se alzaron para homenajear, en un emocionante minuto de silencio, a esas familias que separaron para siempre. "Hace tiempo que se decidió usar el color amarillo en nuestras reivindicaciones", explica Herrera que junto con Margarita Díaz reparten en el autobús hacia Madrid los pares de guantes a sus compañeros. Un viaje con muchas ausencias, la de sus familiares, y con una constante presencia, la de Inés Madrigal que agradece y vuelve a agradecer su presencia a través de mensajes de whatsapp al grupo creado para la ocasión.

"Inés, personalmente, es amiga íntima, de contarnos nuestras cosas, mi mejor amiga aunque la tenga lejos desde hace muchísimos años, desde el principio que empezamos con esto...", se emociona Chary Herrera que asegura durante la larga y extraña noche con momentos tan simpáticos (¡ese ánimo, que no decaiga!) como tristes (cuando las familias relatan sus historias) que Madrigal "quiere mucho a Cádiz".

Y no miente Herrera. Madrigal lo demuestra. Con sus constantes mensajes de agradecimiento, con su saludo cariñoso, con ese abrazo sincero en el que se encuentra con su amiga. Y todo ello la noche antes, minutos antes, de ver sentado en el banquillo de los acusados al hombre que la que creía su madre le dijo que la robó. El hombre al que el más del centenar de familiares ni llegó a acercarse, ni la mayoría de medios de comunicación, ya que entra en la Audiencia discretísimo y en coche. Las puertas de la Audiencia, lejanas físicamente para los familiares, separados de las escaleras de entrada por un cordón policial; y quizás más cercanas metafóricamente, porque el juicio de Inés Madrigal es el juicio de todos. Porque esta Audiencia los puede acercar un paso más a la ansiada justicia.

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