Tribuna

Josué Díaz Técnico de Ayuda en Acción en Andalucía Fernando R. Hervella Delegado de Educo en Andalucía

La sombra de la inversión educativa

Consideramos primordial un pacto de Estado por la Educación que garantice la gratuidad real, la calidad y la equidad del sistema educativo

La sombra de la inversión educativa La sombra de la inversión educativa

La sombra de la inversión educativa

Al mantra de la salida de la crisis, desmontado por la dura realidad de cientos de miles de familias que no ven reflejada dicha recuperación en su día a día, desde distintas entidades de infancia sumamos otro: el de la gratuidad de la educación. En el imaginario colectivo se da por sentado el acceso gratuito a la educación, pero sin considerar este derecho tal y como lo recoge la Convención de Derechos del Niño y otros tratados vinculantes; es decir, el derecho a una educación gratuita, pero también inclusiva, equitativa y de calidad.

En los últimos años, con unos gravísimos recortes en los ámbitos educativo, sanitario y social, presenciamos cómo la educación, más allá de su misión formadora y transformadora, pierde músculo en otra de sus principales funciones: la de compensar las desigualdades de origen. Los datos, tanto de pobreza infantil -más de dos millones de niños y niñas en riesgo de pobreza-, o la tasa de abandono escolar, en torno al 19%, casi el doble de la media de la UE, refuerzan la necesidad de una mayor y mejor inversión en las políticas de infancia. Celebramos recientes iniciativas como la creación del Alto Comisionado de Lucha contra la Pobreza Infantil y la puesta en marcha del programa Veca. Al mismo tiempo confiamos en que, más allá del destello en el anuncio de las mismas, se materialicen en medidas estructurales que hagan frente de manera efectiva a un problema tan complejo como el de la pobreza infantil.

A través del informe La sombra de la inversión educativa en España, elaborado conjuntamente por Educo y Ayuda en Acción, mostramos el largo camino que queda por recorrer. A nivel estatal, los últimos datos disponibles muestran una inversión insuficiente en educación (4,3% del PIB frente al 5,3% de media de los países de la OCDE), y más concretamente en las becas y ayudas al estudio en Primaria y Secundaria, las que engloban el comedor, transporte, refuerzo educativo y actividades extraescolares, donde tan sólo se invierte un 2,2% del gasto público en educación frente al 3,8% de media de la UE-28.

En este contexto aparece la necesidad de reconocer y visibilizar el mayor esfuerzo económico realizado por las familias durante estos años, que han suplido esta insuficiente inversión pública, obligación del Estado y de las comunidades autónomas, con las competencias transferidas en materia de educación. Los gastos de las familias en materia educativa aumentaron un 34% en el período comprendido entre 2009 y 2015, según datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE.

Además de incidir en la necesidad de aumentar la cuantía y cobertura de las becas, a través del informe La sombra de la inversión educativa en España, desde Educo y Ayuda en Acción hacemos un llamamiento a la importancia de los espacios de educación no formal, en nuestra línea de considerar la educación como un proceso de aprendizaje y desarrollo continuo que no debe constreñirse al entorno escolar ni interrumpirse durante el verano.

El comedor, el transporte y las actividades extraescolares, así como los campamentos y actividades propias de estas fechas, forman parte del proceso educativo y son esenciales para hacer de la escuela "el templo de la igualdad", tal y como señalaba un director entrevistado en el proceso de elaboración del informe. Además, fomentan el aprendizaje, las capacidades y el desarrollo de habilidades sociales. Debemos avanzar en las políticas públicas para garantizar la universalidad y gratuidad de estos servicios para aquellos niños y niñas que se encuentran en riesgo de pobreza y cuyas familias no pueden asumir los denominados costes ocultos o indirectos de la educación. De lo contrario, seguirá agravándose la brecha de la desigualdad y elevándose las tasas de abandono y de fracaso escolar, que más apropiadamente debería denominarse como un auténtico fracaso social.

Reclamamos que se sitúe a la infancia en el centro de las políticas públicas y, en el ámbito educativo, consideramos primordial un Pacto de Estado por la Educación que garantice la gratuidad real, la calidad y equidad del sistema educativo, al mismo tiempo que, más allá de los ciclos de gobierno y de los intereses partidistas, otorgue la estabilidad necesaria para llevar a cabo el proceso educativo. Mientras esto no se alcance, la gratuidad real de la educación en nuestro país seguirá siendo un mantra con los pies de barro.

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