Tribuna

josé maría agüera lorente

Catedrático de Filosofía

Sobre la ética de las decisiones en política

El voto favorable del Parlamento a la moción marca carácter y da esperanzas a quienes creemos que es compatible el progreso moral con la legítima lucha política

Sobre la ética de las decisiones en política Sobre la ética de las decisiones en política

Sobre la ética de las decisiones en política / rosell

Aristóteles (siglo IV a. C.) señaló como un elemento esencial de su concepción ética la forja del carácter (moral). La palabra griega que escogió el estagirita para darle cuerpo a este concepto fue ethos. Con la elección de este término puso nombre a la reflexión filosófica sobre la conducta moral de las personas, que ya en adelante se llamará ética. Nos dejó dicho el discípulo de Platón, tan crítico como se sabe con su maestro respecto de su visión en exceso intelectualista, que en lo referente a la vida práctica la clave consiste en lo que hacemos, en nuestras acciones. Es mediante éstas que nos vamos forjando una forma de ser, un carácter (un ethos). Resumiendo mucho, digamos que es la repetición de las buenas decisiones lo que genera en el hombre el hábito de comportarse adecuadamente; y en este hábito consiste la virtud para Aristóteles. El vicio es lo opuesto: la repetición de malas decisiones. Como griego, el genial filósofo no pierde de vista en ningún momento que esa formación ética se da siempre en convivencia con los otros, en la polis. Es la educación del carácter (la Bildung, que dirían los alemanes) algo natural para el individuo, porque es natural su sociabilidad. He aquí un rasgo idiosincrásico del ethos griego que encontramos igualmente en Platón y aún antes, como apunta Emilio Lledó: "Ese sentido y coherencia (refiréndose al ethos) no es nunca resultado efectivo del individuo que actúa como tal individuo. Una forma suprema de egoísmo que, al afirmarse a sí mismo, hiciese desaparecer al otro, es absolutamente imposible. (...) De esta lucha entre el individuo y el plasma colectivo en el que está sumido, surge el complejo organismo en el que se engarza la vida humana".

Habrá que asumir entonces que si hay un carácter individual tiene que haber asimismo uno colectivo, el modo de ser de un grupo social, y que consistiría en el poso que queda de las costumbres, virtudes o vicios, que tenga. De ello depende el que los individuos que lo integran puedan optar a una vida buena.

Pues bien, el ethos de la sociedad española, a decir del sociólogo Víctor Pérez Díaz, está lejos de facilitar la consecución de esa clase de vida. Porque, según el retrato que nos aporta en un artículo suyo titulado Cambiar el modo de ser, este nuestro país no innova lo suficiente, cuenta con un tejido empresarial frágil, sus políticos se bloquean o se pierden en peleas internas, sus medios de comunicación producen demasiado ruido y sus gentes confían poco unas en otras. Es un cuadro para no sentirse orgullosos, ciertamente, pero no es el destino español, su fatum ineluctable, sino su ethos, y se puede cambiar; depende de las decisiones que tomemos.

El filósofo norteamericano Robert Kane aporta un concepto de especial relevancia para entender el proceso de modificación del modo de ser (carácter o ethos) de una sociedad. En su análisis de la decisión y la acción, este pensador contemporáneo se fija en esos momentos de indecisión durante los cuales la gente experimenta, por así decir, corrientes de voluntad contradictorias. Entonces, cuando en esos momentos tomamos conscientemente una decisión y la ejecutamos, Kane dice que llevamos a cabo una self-forming action o acción autoformativa, es decir, una de esas acciones que forman nuestro carácter al modo aristotélico, que dará forma a nuestras elecciones, razonamientos y motivaciones futuras generadoras de nuestro comportamiento. Las acciones autoformativas constituyen puntos de inflexión éticamente relevantes, ya que a partir de ellas se establecen hábitos e intenciones sobre cuya base se actúa posteriormente de manera ya no tan reflexiva pero aún responsable. Si se pretende cambiar la forma de ser, en estas acciones autoformativas se encuentra la clave.

Percibo en lo ocurrido en lo que llevamos de mes de junio un ejemplo de acción autoformativa, con todo lo que ello implica según lo ya expuesto. La moción de censura protagonizada por el señor Pedro Sánchez es un caso de decisión que supone un punto de inflexión respecto de lo que hasta ahora se suponía nuestro ethos ciudadano, el cual parecía pecar de un cierto componente de indolencia frente a la corrupción. El voto favorable de la mayoría del Parlamento a la tal moción marca carácter y da esperanzas a quienes creemos que es compatible el progreso moral con la legítima lucha de intereses en la arena política. Las decisiones futuras nos lo dirán.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios