Tribuna

alicia garcía rodríguez

Periodista. Organización de eventos empresariales y culturales.

Telecomunicación y grandes eventos

Telecomunicación y grandes eventos Telecomunicación y grandes eventos

Telecomunicación y grandes eventos / rosell

Ante la gran crisis del Covid-19, uno de los sectores altamente afectados es el de los eventos de empresas: presentaciones de productos, congresos, convenciones, seminarios, jornadas técnicas…todos los eventos que se celebraban tanto en nuestro país como en el resto del mundo han sido cancelados, sin fecha de vuelta. Y ya se da por hecho que, entre la salida de una nueva normativa, la adaptación de los recintos a la misma, las reducciones inevitables de aforo, las restricciones a la hora de viajar, y el propio miedo de los asistentes, 2020 va a ser un año en el que volver a hacer eventos convencionales, parece muy poco probable. ¿Y ahora qué hacemos?

Recientemente se hacía público que son ya más de 70.000 los puestos de trabajo directos que se han perdido en el camino. A esto, debemos de sumar la cantidad de puestos indirectos y de subcontratados que forman parte de los equipos cada vez que comienza el montaje de un evento. Pero lo peor no es esto. Lo peor es que no hay fecha de finalización para este desastre. Miles de profesionales enlazan noches sin dormir pensando en cómo será su vuelta a la "nueva" normalidad. Esa que no va a dejar a muchos seguir trabajando como lo venían haciendo. Y como la mayor parte de ellos no pueden permitirse el lujo de quedarse parados, no queda más remedio que reinventar.

En este sector trabaja gente de todo tipo: con hijos, sin hijos, jóvenes, incluso muy jóvenes, madurescentes, con pareja, sin pareja, de diferentes status sociales, de cualquier género, incluso solitarias amantes de los gatos…. para quienes los recintos son su campo de batalla. Y algunos de ellos ya han decidido emprender un nuevo camino. El de la telecomunicación.

Si algo nos ha enseñado el Covid-19 es que la digitalización, por fin, es un hecho que nos ayudará en esta realidad en la que nada volverá a ser igual. Se dejará de viajar durante horas para tener reuniones físicas, de las que regresar agotados, irascibles y a veces con pocas conclusiones prácticas. Se dejará de utilizar solo el lenguaje oral en las comunicaciones telefónicas, y verse las caras ayudará a ver también mas allá de las verbales conversaciones. Y se dejará, al menos de momento, de hacer grandes eventos. Pero, hay que seguir comunicando. ¿Cómo?

Reinventarse o morir…Haciendo televisión de las marcas. Históricamente "ver la tele" es un entretenimiento. Los productos audiovisuales dan información, enseñan, divierten y permiten a los públicos estar al día de multitud de temas de su interés. Pero, precisamente, la forma de consumirlos en la era digital, ha cambiado. Ahora se elige el qué, el cómo y el cuándo. ¿Por que no hacer lo mismo con los mensajes de empresas?. La publicidad sirve para anunciar. Los eventos para informar, formar, motivar, reconocer y celebrar. Ya existen un sin fin de formatos televisivos que sabemos que a la audiencia le gustan: debates, informativos, documentales, magazines, talk shows, programas de entrevistas, concursos… Todo un despliegue adaptable a los contenidos que se necesita difundir en el entorno empresarial. Por ello, ya se preparan las grabaciones de algunos programas que van a sustituir a los eventos que hacían millones de marcas. Algunos en directo, vía streaming, siempre a través de páginas web. Otros alojados como contenidos a la carta, que los seguidores, empleados, clientes… el público objetivo al que las empresas quieran dirigirse, en abierto o en privado, podrán ver y entender, como antes entendían lo que vivían en aquellos maravillosos eventos.

No se puede predecir si esta iniciativa generará empleo para tantísimas personas como hacía antes. Pero gestores de platós, técnicos de luces, de sonido, realizadores, escenógrafos, programadores, directores, guionistas, productores, editores, directores de fotografía, directores técnicos, especialistas de todo tipo, estilistas, peluqueros, maquilladores, personal de limpieza, y tantos y tantos otros que necesitan seguir, están ya apostando por esta iniciativa. ¿Conseguirán subsistir? Imposible saberlo pero, como decía Stephen Covey: "todos tenemos un poder y una capacidad inconmensurables para reinventar nuestra vida", y por eso con este proyecto muchos no tienen miedo de volver a empezar. O como mínimo, de intentarlo.

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