Tribuna

MANUEL GUTIÉRREZ LUNA

Ex Presidente de la Sección Penal de Apelación del TSJA

Reflexiones en torno a la eutanasia

Reflexiones en torno a la eutanasia Reflexiones en torno a la eutanasia

Reflexiones en torno a la eutanasia

Desde hace tiempo se viene debatiendo en la sociedad y medios de comunicación, sobre un problema que vienen sufriendo un número alto de ciudadanos españoles: poder contar con una ley que permita una muerte digna, a petición de personas que, encontrándose con una enfermedad o situación incurable, sin poderse moverse durante años, y sin un halo de esperanza de poder remediar esa situación, pueda remediar sus padecimientos.

Entre los casos más llamativos de quienes sufrieron enfermedad o padecimiento incurable, el de Ramón Sampedro, primer ciudadano español que reclamó la eutanasia; se quedó tetrapléjico a los 25 años, y llevaba 30 años en cama, en condiciones que en varias ocasiones, se pudo ver su estado, a través de los medios televisivos. Deseaba morir y así lo pidió ante la Justicia quien le denegó tal posibilidad, y pudiendo conseguir ayuda para cuanto deseaba, a través de personas de su entorno, llegando a tomar cianuro y falleció, sin que se llegara a juzgar a quien proporcionara dicha sustancia mortífera, al desconocerse quién se la entregó.

Otro de los últimos casos conocidos, el de Maria José Carrasco, diagnosticada de esclerosis múltiple, quien llevaba luchando contra esa enfermedad 30 años, explicando ella misma en un vídeo los motivos por los que deseaba que su esposo le proporcionara un fármaco que le librara de los padecimientos que sufría desde su juventud.

Y es que la eutanasia actualmente está penalizada en nuestro país, con penas cortas de prisión, dependiendo del grado de colaboración que se preste por la persona que llegue a proporcionar ayuda a quien la pide para conseguir el propósito de evitar sufrimiento.

Como ya es conocido, se ha aprobado la tan anhelada para algunos sectores, Ley de Eutanasia -no exenta de polémica-, que entrará en vigor el próximo mes de Junio, siendo España el cuarto país europeo que introduce en su legislación esta posibilidad de decidir poner fin a su vida, pero no en todos los casos. Así ha de tratarse de "una enfermedad grave e incurable" o un "padecimiento grave, crónico e imposibilitante" que afecte a la autonomía y que genere un "sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable".

Se trata de una ley de las más garantistas del mundo al establecer una serie de procesos que pueden demorar, desde que el enfermo solicite el suicidio asistido hasta que se aplique, algo más de un mes. El solicitante tendrá que confirmar dos veces vía escrito en menos de 15 días que quiere someterse al proceso y que no está sufriendo "una presión externa".

Tras ello, una comisión de garantía y evaluación estudiará su caso, su diagnóstico, tiempo en el que lleva enfermo o si ha recurrido o no a los cuidados paliativos. Este tribunal estará formado por médicos, enfermeros y juristas. El enfermo puede retirarse en cualquier momento del proceso si así lo desea. Esta comisión responderá al paciente en menos de 19 días.

A pesar de la polémica y posturas encontradas que ha generado en algunos sectores, el Centro de Investigaciones Sociológicas de España aseguró que el 87% de los españoles están a favor de que se tenga la posibilidad de recurrir a la eutanasia si el enfermo lo desea.

La aprobación de esta Ley, ha generado un gran alivio entre los familiares de personas con enfermedades crónicas que, aunque lo desearon, nunca pudieron recurrir a una ley de eutanasia. Muchos de estos familiares incluso se vieron obligados a ayudar a sus seres queridos a suicidarse y fueron imputados por ello. Y a día de hoy, son bastantes los casos de personas que esperan poder acogerse a esta novísima normativa estatal.

La ley de eutanasia da respuesta así a una demanda que miles de ciudadanos llevaban haciendo desde hacía décadas y ofrece unas garantías a las personas que sufran enfermedades incurables. Esta ley no será obligatoria, y supondrá una opción diferente a la de los cuidados paliativos para aquellos que quieran tener una muerte digna.

En unos meses, tras su entrada en vigor, podrá analizarse el acierto o no de la aplicación de esta ley, y las vicisitudes de quienes se puedan acoger a ella, pero en todo caso, tendrá la garantía de la asistencia médica en ese momento fatal, pero querido por el paciente.

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