Tribuna

José Javier Pérez Venegas

Jefe de Servicio de Reumatología. Hospital Virgen Macarena

Artritis reumatoide: paciente y tratamiento

Más de 72.000 andaluces padecen artritis reumatoide, una enfermedad crónica que les impide acciones tan cotidianas como levantarse de la cama o abrocharse un botón

Artritis reumatoide: paciente y tratamiento Artritis reumatoide: paciente y tratamiento

Artritis reumatoide: paciente y tratamiento / rosell

Más de 72.000 personas padecen artritis reumatoide (AR) en Andalucía, una enfermedad inflamatoria crónica con un alto impacto en la calidad de vida. Sus principales síntomas, el dolor, la hinchazón y la rigidez de las articulaciones, hacen que quienes la sufren no puedan llevar a cabo con normalidad acciones tan cotidianas como levantarse de la cama, subir una escalera o abrocharse un botón. Así, el reto que tenemos como reumatólogos es conseguir que estos pacientes recuperen la normalidad de su día a día. Para ello, debemos ser capaces de contar con tratamientos cuyo objetivo sea la ausencia de dolor y de inflamación articular, evitando la progresión del daño estructural irreversible, para lograr la desaparición del cansancio o la posibilidad de que se incorporen a su vida laboral y social de forma activa.

Sin embargo, a día de hoy, todavía queda un importante margen de mejora. Esta circunstancia nos debe impulsar a seguir trabajando y mejorando, y a veces, depende de algo tan necesario como un diagnóstico precoz o introducir un tratamiento adecuado al inicio de la enfermedad.

Por otra parte, el perfil del paciente ha cambiado en los últimos años. Es más activo y demanda no sólo una mejor accesibilidad al sistema sanitario, sino también que sea tenido en cuenta a la hora de establecer una estrategia de tratamiento. Este paciente busca ser partícipe y que se tengan en cuenta sus necesidades.

Cada vez está más clara la necesidad de contemplar la perspectiva del paciente (más allá de los datos aportados por la observación clínica) y contar con su implicación es una vía que nos ayuda al éxito del tratamiento en AR, que no debería ser otro que conseguir la remisión, es decir, la ausencia de síntomas de la enfermedad.

Hasta ahora nos hemos conformado con que el paciente no tuviera inflamación o dolor articular. Sin embargo, su realidad va más allá y es probable que quiera reflejar otras circunstancias. Puede que necesite saber si su enfermedad está activa de forma subclínica, qué implicaciones tiene esa actividad y cómo se podría valorar. Hay muchas áreas que necesitan ser abordadas desde una nueva perspectiva y esa es la que intenta "pensar como el paciente".

¿Cómo influye la perspectiva del paciente en la remisión o éxito del tratamiento? ¿Cómo podemos mejorar? No siempre los índices que utilizamos en la práctica clínica habitual indican la situación real de la enfermedad. Tenemos que aplicar diferentes test a los pacientes donde se reflejen otras áreas afectadas por la enfermedad y que no se valoran de manera adecuada. Así podría mejorar la correlación entre la valoración del profesional y la del paciente.

Llegados a este punto, no cabe ninguna duda acerca de la necesidad de medir el estado de la enfermedad del paciente de forma estandarizada. Además, es posible que tengamos que incorporar otras herramientas para definir de forma adecuada su estado, como la valoración de imagen o la valoración inmunológica, además de los cuestionarios aportados por el paciente.

Los profesionales andaluces tenemos claro que hay que trabajar en base a objetivos de tratamiento y para ello debemos evaluar de forma estandarizada la situación del paciente antes de introducir nuevas estrategias terapéuticas. Esta línea de trabajo está relacionada con los dos retos fundamentales en el manejo de la AR en Andalucía. Por un lado, estandarizar la práctica clínica en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de estos pacientes, para evita desigualdades en el Sistema de Salud Público de Andalucía (SSPA); y por otro, mejorar la accesibilidad del paciente a un diagnóstico precoz, como recomiendan la Estrategia Nacional y el Plan Andaluz de Enfermedades Reumáticas y Musculoesqueléticas (PAERME).

De hecho, la puesta en marcha del PAERME era algo absolutamente necesario. Las enfermedades musculoesqueléticas causan en los pacientes dolor, discapacidad, y pérdida de calidad de vida. Además, la tendencia a la cronicidad de la AR provoca un aumento del uso de los sistemas sanitarios y genera importantes costes. Por no olvidar el impacto que la enfermedad tiene en la productividad laboral.

Si hay algo en lo que los profesionales en reumatología hemos demostrado unanimidad, es en la necesidad de disminuir la variabilidad en la práctica clínica en Andalucía, en la definición de los objetivos a alcanzar en el tratamiento de los pacientes con AR y de cómo medir, de forma real, la situación de nuestros pacientes.

Nuestro trabajo debe encaminarse a realizar la mejor asistencia posible al paciente con artritis reumatoide.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios