Las prisas de Pedro Sánchez no son buenas

Esta primera reunión con PP, Cs y Podemos es precipitada en el calendario y supone una descortesía hacia la Corona

El presidente del Gobierno en funciones y líder del partido más votado con diferencia en las elecciones generales del pasado domingo, Pedro Sánchez, se reunirá en la Moncloa la próxima semana con los cabezas de cartel de PP, Ciudadanos y Unidas Podemos. La intención de dicho encuentro, según ha hecho saber el entorno de Sánchez, es comunicar su deseo de formar un Gobierno con un programa de un marcado carácter social y preguntar a los otros líderes sus intenciones de cara al futuro. En principio, no hay nada de extraño en esta convocatoria. Es deseable que en un país democrático los políticos mantengan encuentros sosegados para tratar los diferentes problemas planteados. Más en el caso de España, país que en los últimos tiempos ha visto crecer enormemente la tensión política debido a la crisis económica, el fin del bipartidismo o el órdago independentista catalán.

Sin embargo, pese a lo dicho, no dejan de ser llamativas las prisas que le han entrado a Pedro Sánchez por celebrar dicho encuentro. En primer lugar porque todo el mundo sabe que hasta después del próximo día 26 de mayo -fecha en la que se celebrarán las elecciones municipales, europeas y, en algunos territorios, las autonómicas- toda la estrategia política de los partidos estará volcada en conseguir los mejores resultados posibles. Parece claro que con ese clima de presión electoral nadie estará dispuesto a llegar a un acuerdo con el PSOE ni a desvelar sus verdaderas intenciones. Sería conveniente, por tanto, esperar al lunes 27 para empezar a mover ficha. En segundo lugar, hay que decir que estas prisas llaman la atención porque no dejan de ser una descortesía hacia la Corona. Es cierto que siempre se han realizado negociaciones y consultas entre los partidos antes de que el Rey, tal como señala la Constitución, inicie la habitual ronda de consultas con los diferentes partidos para encargarle a un candidato que intente formar Gobierno. Sin embargo, estas reuniones siempre se han llevado a cabo con una cierta discreción, en el entorno del Congreso de los Diputados y sin la solemnidad y oficialidad que ahora le da Sánchez al citar a bombo y platillo a los líderes en el Palacio de la Moncloa, sede oficial del presidente del Gobierno.

Además, extraña que no se haya convocado a Vox -con 24 diputados- a dichos encuentros. El mismo político que quiso que la formación de Santiago Abascal participase en los debates televisivos quiere ahora aislarlo con un cordón sanitario. Debería explicar mejor este cambio de criterio.

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