Una nueva anomalía andaluza

La insatisfacción con los servicios municipales está relacionada con la deuda y el déficit de los ayuntamientos

Los andaluces son los españoles menos satisfechos con los servicios públicos que prestan sus ayuntamientos. Se trata de una nueva anormalidad que está muy relacionada con otra particularidad andaluza, la situación económica de sus ayuntamientos. Posiblemente, estos dos hechos están muy relacionados. Entre los ayuntamientos más endeudados y con mayores déficits se encuentran un buen grupo de municipios andaluces; son, en ese sentido, los peores de España. Eso ha sido fruto de nefastas gestiones en el pasado, protagonizadas por alcaldes que tiraron del endeudamiento en proyectos absurdos, desproporcionados y alejados de las competencias municipales. Y junto a ello, y en su afán populista, aplicaron una política fiscal basada en unos impuestos muy bajos y unas tasas insuficientes. No es casualidad que sólo un 49% de los andaluces se sientan satisfechos con estos servicios. En el País Vasco ese porcentaje es del 80%, y en Castilla y León, del 69%. Ninguna comunidad, a excepción de Andalucía y de Canarias, muestra una satisfacción por debajo de la mitad. Los niveles de endeudamiento y déficit no permiten mejorar los servicios y, además, los alcaldes y alcaldesas eluden siempre sus compromisos con los impuestos a causa de las citas electorales. Éstos son los resultados de un sondeo de Ipsos que se hace este año por segunda vez. No obstante, hay algunas diferencias. Lo peor valorado por los andaluces es la limpieza de sus calles. En efecto, hay grandes excepciones, pero la mayor parte de las ciudades andaluzas están sucias y lo están más que antes. Algunas, como Sevilla, están llegando a niveles muy preocupantes. Los ciudadanos señalan como problemas principales los excrementos de los perros, y es que esto sigue siendo una anomalía, la vía pública no es un lugar para el alivio fisiológico de los canes. Ésta es una práctica que debe ser erradicada, si se considera además el gran número de perros que hay en algunas ciudades andaluzas. Lo mejor visto es el suministro de agua. En eso hay plena satisfacción, con independencia de si es público, privado o mixto. Hay agua, es limpia, no hay cortes y el precio es asumible. La recogida de basuras se encuentra en una zona intermedia entre la aceptación y la crítica. Estos asuntos, como el de los servicios municipales, deberían ser el eje de las campañas electorales, porque a eso se dedican los consistorios: a prestar unos servicios, por los que cobran, a ordenar urbanísticamente su territorio y a fomentar un buen desarrollo de las economías locales.

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