Una nueva Diada en Cataluña al rojo vivo

El independentismo intentará aprovechar esta Diada para presionar al TS a pocos días de la sentencia del 'procés'

Cataluña celebra hoy una nueva Diada a pocos días de que se dicte la sentencia del Tribunal Supremo por la intentona independentista de octubre de 2017. Durante los últimos años, dicha celebración, que conmemora un episodio de la Guerra de Sucesión española -el triunfo del bando borbónico sobre el austracista en el sitio de Barcelona- que ha sido manipulado groseramente por el nacionalismo catalán para justificar sus aspiraciones soberanistas, se ha convertido en una especie de termómetro para conocer anualmente la fuerza de los partidarios de la independencia catalana. Este año, sin embargo, los resultados de dicha movilización estarán distorsionados por la cercanía de la sentencia del procés. Un amplio sector de la sociedad catalana, en el que se incluyen también muchas personas que no son soberanistas, creen que el juicio al procés es una intolerable agresión contra principios básicos de la democracia, como la libertad de expresión o el derecho a acudir a las urnas. Esto supone a una victoria simbólica y propagandística más del independentismo. Siempre es más fácil vender eslóganes sentimentaloides y pegadizos como "el derecho a decidir" que la acción rigurosa de todo un Tribunal Supremo. Por poco que le guste a los independentistas catalanes -y a sus simpatizantes en el resto de España-, el TS no está juzgando a nadie por ser partidario de la independencia, sino por una serie de acciones delictivas tipificadas en el Código Penal que estaban encaminadas a finiquitar la soberanía nacional española y a romper la unidad del Estado. No es un asunto menor y si el TS da por probados los delitos de rebelión o sedición, las penas serán duras, como no podría ser otra manera.

El nacionalismo ha hecho ímprobos esfuerzos para que en esa Diada se disimule la profunda crisis que vive el movimiento independentista, definitivamente dividido por sus luchas de poder y los diferentes puntos de vista estratégicos. Saben positivamente que sus pretensiones de alcanzar la soberanía de Cataluña son una quimera, pero aspiran a seguir siendo los que dominen la política catalana y a que los sucesos de octubre de 2017 queden definitivamente enterrados. Por eso, el objetivo de esta Diada para los nacionalistas será presionar al TS para que dicte una sentencia lo más cercana posible a sus intereses, presión que el Alto Tribunal ya ha manifestado que no tolerará. Si algo ha dejado claro la intentona separatista de 2017 es la calidad democrática de nuestras instituciones.

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