Una foto y una polémica

"Ruiz debería admitir la infracción cometida y abonar la sanción correspondiente, como cualquier otro ciudadano"

Una fotografía publicada por Europa Sur en su edición impresa y digital desató ayer un gran debate en las redes sociales. En la imagen aparecía la concejala de Educación y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Algeciras, Laura Ruiz, paseando en pijama y babuchas a su perro sin correa en una calle de la ciudad, en el instante en el que animal orinaba en la base de un buzón de correos. En el breve comentario que acompañaba la foto subrayábamos que el perro estaba sin sujetar por una correa, como especifica el artículo 21 de la Ordenanza municipal de protección y tenencia de animales. Dicho artículo alude, en concreto, al "uso de correa y bozal" y señala que "en los espacios públicos o en los privados de uso común, como norma general, los animales de compañía habrán de circular acompañados y conducidos mediante cadena o cordón resistente que permita su control y provistos de la correspondiente identificación". La misma ordenanza, en su artículo 57, fija los comportamientos sancionables como "infracción leve", entre las que cita específicamente "la circulación de animales no calificados como potencialmente peligrosos, sin cadena o cordón resistente que permita su control". Y el artículo 60 concreta que dichas infracciones, "serán sancionadas por el propio Ayuntamiento de Algeciras con multa comprendida entre 75 y 500 euros". La ordenanza, para más señas, fue aprobada en 2011 bajo el mandato gobierno del PP en el Consistorio. Parece claro pues que la concejal cometió dicha infracción leve, agravada por su condición de responsable municipal de Medio Ambiente, un departamento destinado a velar precisamente por el cumplimiento de la citada ordenanza local.

Entre las obligaciones de todo medio de comunicación está denunciar los comportamientos reprochables cometidos por quienes deben garantizar el cumplimiento de las normas, por lo que la publicación de la imagen estaba más que justificada. Lo hicimos con un titular escueto y un breve texto, ajustado a la gravedad de la infracción cometida y a la relevancia del personaje. Y habríamos actuado de la misma forma con cualquier otro personaje político de ese nivel. Cuestión aparte es el atuendo de la concejal en un lugar público y sobre el que puede haber múltiples opiniones. No obstante, es preciso subrayar que todo representante institucional, ya sea público o privado, además de dar ejemplo está sujeto unas normas de decoro a las que debe ceñirse. No está solo en juego la imagen de la persona, sino la de la ciudad a la que representa.

Ruiz debería admitir la infracción que cometió por pasear a su perro sin correa, pedir disculpas y afrontar el abono de la sanción correspondiente, al igual que haría cualquier otro ciudadano de bien.

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