El español: fortalezas y debilidades

Proteger, actualizar y potenciar el idioma español es una tarea que corresponde a toda la comunidad hispanohablante

Los Reyes de España clausurarán mañana, en Sevilla, el XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), que durante toda esta semana despliega en la capital andaluza un amplio programa científico y cultural, con la participación de escritores y académicos de primera línea, como el premio Nobel Mario Vargas Llosa o el cubano Leonardo Padura. Hablar hoy del idioma español (que es como se le conoce en todo el mundo) es hacerlo de una herramienta de comunicación de primera magnitud utilizada por 580 millones de personas. Los datos están ahí: el castellano (como se le conoce en España) es el tercer idioma del mundo tras el chino y el inglés y el segundo en redes sociales tan importantes como Facebook o Linkedin. Gracias a la labor coordinada de todas las academias, lideradas por la española, en los últimos tiempos se ha conseguido que este gran idioma consiga conjugar su riqueza y diversidad cultural con su evidente unidad, de manera que actualmente un hablante de la parte más remota de Tierra de Fuego se pueda comunicar con un ciudadano de Almería, evitando así el proceso de disgregación que sufrió el latín para dar lugar a las lenguas romances. Un patrimonio así hay que cuidarlo. Sin embargo, en los últimos tiempos, el español está sufriendo una excesiva invasión de extranjerismos debido a la debilidad de los países hispanohablantes en la producción tecnológica y científica. Para evitarlo, se lanzará el programa Lengua Española e Inteligencia Artificial (LEIA), para el que se firmará un acuerdo entre la RAE y la Asale con Telefónica, Microsoft, Amazon, Google, Twitter, Apple y Facebook. Con este proyecto se pretende que el español siga siendo un idioma de futuro.

Pero hay otras amenazas. Además de las políticas (el idioma castellano se ha convertido en un objetivo a batir por los nacionalismos periféricos en España o por la Administración Trump en EEUU), están también las provocadas por un cierto esnobismo pedagógico (que alcanza tanto a las enseñanzas medias como a las universitarias) que consiste en primar el inglés sobre la propia lengua materna, dándose casos absurdos como que un niño, por ejemplo, conoce antes los nombres de las plantas y minerales en la lengua de Shakespeare que en la de Cervantes. Nadie discute la enorme importancia del conocimiento de idiomas y, sobre todo, de aquel que se ha convertido en la lengua franca del mundo, pero sin el manejo correcto del materno difícilmente se conseguirá el de otros. Proteger, actualizar y potenciar el idioma español es una tarea que corresponde a toda la comunidad hispanohablante. El congreso de Sevilla, en este sentido, va en la dirección adecuada.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios