La depauperación de las clases medias

Si la clase media empieza a agrietarse, podemos asistir a la formación de grandes bolsas de descontento

Las consecuencias negativas de la pandemia tardarán mucho tiempo en desaparecer. Esta semana hemos sabido que la irrupción del coronavirus ha provocado que el riesgo de pobreza grave o carencia material aumentara en nuestro país, en 2020 hasta el 7%. Así consta en la última encuesta de Condiciones de Vida realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto supone prácticamente volver a los momentos más álgidos y dramáticos de la crisis económica iniciada en 2008, cuando en 2014 dicha cifra llegó a alcanzar el 7,1%. Pero igual o más grave es el dato que indica que el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social se ha incrementado desde 2019, donde registró un 25,3%, hasta situarse en el 26,4%. Dicha cifra nos indica estadísticamente algo que ya era evidente para cualquier persona con un cierto contacto con la realidad social y económica del país, que las clases medias (sobre todo su zona más baja) está sufriendo un preocupante proceso de depauperación. Nuestro sistema del bienestar está siendo sometido a una importante prueba de estrés. No hay que incidir demasiado en lo perjudicial que puede llegar a ser este proceso para el sistema democrático español, el que ha alcanzado las mejoras cotas de libertad y prosperidad para nuestro país. Las democracias se basan en la existencia de una gran clase media con acceso a la educación y la sanidad universal y una capacidad ingresos que le permite vivir con una mínima holgura y sin necesidad de acudir a la beneficencia. Si esta gran clase media empieza a resquebrajarse, corremos el riesgo de que se formen amplias bolsas de descontento social que pueden llegar a ser muy peligrosas para la estabilidad del país. La experiencia histórica enseña que cuando las personas no pueden atender sus necesidades básicas suelen radicalizarse políticamente tanto a la izquierda como a la derecha. Seguro que en España hay partidos dispuestos a recoger ese malestar.

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