El debate debe aclarar las opciones de pactos

El balance de transitar del bipartidismo al bloquismo es muy pobre, hay que diluir la frontera entre derechas e izquierdas

Esta noche se celebrará el único debate televisado entre los candidatos. Son cinco personas. En esta ocasión no habrá ningún cara a cara, lo que no deja de tener cierto simbolismo, porque todo apunta a que el resultado de las elecciones generales del próximo domingo necesitará de un acuerdo entre tres candidatos. La Academia de la Televisión iniciará este debate, según el guión acordado, con la pregunta que es la verdadera cuestión de esta campaña electoral: ¿qué es lo que ha cambiado respecto a abril, cuando se celebraron los otros comicios? ¿Cómo se resuelve el bloqueo que nos obliga a esta repetición? Hasta el momento presente, los partidos se han alineado en dos bloques, a derecha y a izquierda. El PP de Pablo Casado aspira a gobernar junto a Ciudadanos y a Vox en una fórmula similar a la andaluza. El líder de los naranjas, Albert Rivera, está de acuerdo y parece que Santiago Abascal, de Vox, también. El de la izquierda es más complicado, por eso tanto el socialista Pedro Sánchez como Pablo Iglesias están obligados a explicar en el debate qué alianza persiguen. Venimos de una legislatura fallida porque ambos no se pusieron de acuerdo. Pero es que, además, los dos deberían explicar si aceptarán los apoyos parlamentarios de los independentistas catalanes. El balance de transitar del bipartidismo al bloquismo no puede ser más pobre. Desde aquí venimos abogando por diluir las fronteras entre derechas e izquierdas. Hay un partido -Ciudadanos- que nació con esa vocación, la de respaldar a los partidos constitucionalistas para soltar el lastre de los apoyos nacionalistas vasco y catalán. Pero, ahora, Albert Rivera parece que sólo confía en acuerdos con el PP. ¿Es así? Ésa es una de las dudas que debe resolver el líder catalán. ¿En qué condiciones estaría dispuesto a aliarse con el PSOE, bien para formar Gobierno, bien para apoyar desde el Parlamento? Por otra parte, tanto Pedro Sánchez como Pablo Casado deben explorar las vías de entendimiento, no sólo en lo que se refiere a los pactos de Estado, sino al compromiso con el desbloqueo de una investidura, tal como los diputados socialistas -sin su líder actual- hicieron con Mariano Rajoy. Si no es así, si tras las elecciones del próximo domingo, hay que acudir a otros comicios, a los terceros, en España se tendría que abrir una crisis constitucional que diera una solución a la formación de gobiernos. No es posible anteponer el consenso a la gobernabilidad de un país si los actuales partidos no desean pactar. Habría que acercarse a fórmulas como las que existen ya en algunas comunidades autónomas.

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