Una cumbre deslucida

El desplante de Mohamed VI a Pedro Sánchez es un indicador de que Rabat mantiene las relaciones con Madrid en cuarentena

La cumbre entre los gobiernos de España y Marruecos, que ayer finalizó en Rabat, estaba destinada a oficializar el nuevo clima de relación entre los dos países, después de que hace algo menos de un año Pedro Sánchez diera un giro de 180 grados a la postura española en relación con la antigua colonia del Sahara Occidental. Más allá de la veintena de acuerdos sobre diversas materias que se han suscrito durante las reuniones, lo importante del encuentro -el primero que se celebra en ocho años- era dar carpetazo a una mala relación enquistada y plagada de tensiones y comenzar un periodo de estabilidad. España buscaba normalizar el tráfico fronterizo de Ceuta y Melilla, un mayor control marroquí de las mafias del narcotráfico y del tráfico ilegal de personas y una colaboración leal y efectiva en la lucha contra la amenaza yihadista. Todas estas acciones entran dentro de lo que se podría calificar como políticas de Estado, pero tienen una especial incidencia en Andalucía, la región más cercana y en la que inciden con más fuerza los problemas que se plantean desde el vecino norteafricano. Pero la cumbre, a la que el Gobierno español ha querido dar una enorme trascendencia, ha quedado finalmente deslucida. El desplante de Mohamed VI a Pedro Sánchez es un indicador claro de la escasa importancia que el rey de Marruecos ha dado a esta cumbre y también de que las relaciones con Madrid siguen en cuarentena. El monarca ni se ha molestado en dar una excusa para no recibir al presidente del Gobierno español: simplemente, está de vacaciones desde diciembre en Gabón y no ha considerado oportuno interrumpirlas. Tampoco Sánchez ha estado a la altura que le quería dar a la cumbre. Los ministros de Podemos le han boicoteado abiertamente, sin que el presidente pudiera evitarlo. Con esa tarjeta de visita era muy difícil que la cumbre sirviera para consolidar y blindar una etapa de buenas relaciones entre Rabat y Madrid.

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