Unas cuentas expansivas y sin rebaja fiscal

Los Presupuestos ignoran uno de los principales compromisos del PP, la "bajada masiva de impuestos"

El Gobierno andaluz aprobó ayer unos Presupuestos claramente expansivos, con más dinero para gastar y con una decidida apuesta por el mantenimiento del Estado del bienestar. Atrás quedan las promesas de una "bajada masiva de impuestos", la célebre BMI, que fue uno de los principales compromisos del actual presidente de la Junta, Juanma Moreno. Como excusa, el consejero de Hacienda, Juan Bravo, aludió ayer a la necesidad de captar ingresos fiscales para conseguir el equilibrio en las cuentas (el déficit previsto es cero), más teniendo en cuenta los nubarrones económicos que se vislumbran en el horizonte. Una vez más, los ciudadanos tenemos que ver cómo las promesas de los políticos se esfuman con la excusa de una coyuntura adversa.

Más allá de este incumplimiento de los compromisos electorales, las cuentas presentadas servirán para intentar apuntalar el crecimiento de la región en unos momentos en los que hay muestras evidentes de desaceleración (en 2020 se prevé que el crecimiento será del 1,9%, cuatro décimas menos que en 2019). En el momento actual existe una gran incertidumbre sobre si estamos a las puertas de una nueva recesión o, simplemente, ante un simple enfriamiento de la economía. Si se cumplen las previsiones más pesimistas, Andalucía, que aún no se ha recuperado del todo de la anterior crisis, podría sufrir especialmente.

Con estos Presupuestos claramente sociales, el Gobierno de coalición PP-Cs despeja las dudas sobre su apuesta por el mantenimiento de los grandes pilares del Estado del bienestar: sanidad, educación y servicios sociales (especialmente los vinculados a la dependencia). En total, estas áreas se llevarán el 58,7%. De hecho, se puede afirmar que estas cuentas las podría haber firmado un Ejecutivo socialdemócrata.

Los Presupuestos tienen ahora que pasar por el Parlamento para su aprobación definitiva, donde tendrán que contar con el voto de Vox, que ya ha manifestado que no descarta enmiendas, sobre todo en lo que se refiere a la disminución de la llamada administración paralela, un monstruo burocrático sin justificación real que se fue formando durante el largo periodo de gobiernos socialistas. Es evidente que el Gobierno -que en otros momentos se mostró muy crítico con esta administración paralela- tendrá que llegar a acuerdos con sus incómodos socios parlamentarios, porque de otra forma no le saldrán los números. La cercanía de las elecciones generales no ayudará mucho.

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