Un camino equivocado para renovar el CGPJ

El procedimiento elegido por Sánchez para reformar el máximo órgano de los jueces es del todo inadmisible y abunda en el deterioro de la imagen de España

Sobre la anunciada proposición de Ley que el PSOE y Unidas Podemos presentarán para reformar el sistema de elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se pueden emitir muchas opiniones, desde que es un asalto indisimulado del Ejecutivo al máximo órgano de los jueces hasta que es una maniobra necesaria para desbloquear una renovación de este órgano, que lleva dos años bloqueado por la contumaz negativa del PP a llegar a un acuerdo al respecto. Todo eso puede ser opinable. Pero lo que parece meridianamente claro es que el procedimiento elegido por el Gobierno para lograr su objetivo es del todo inadmisible. En primer lugar porque Pedro Sánchez, el verdadero responsable de este dislate, no da la cara y se escuda en una proposición de ley presentada por el PSOE y UP, lo que significa que el texto, que podrá estar aprobado en unos dos meses, no tendrá que contar con los informes pertinentes del CGPJ, el Consejo Fiscal y el Consejo de Estado, los cuales probablemente apuntarían a la inconstitucionalidad del mismo. Tampoco le da al Ministerio de Justicia la posibilidad de intervenir en una reforma que tan importante será en su labor diaria. Además, esta reforma exprés, claramente ventajista para los intereses de los partidos gobernantes y de su coalición de radicales e independentistas, supone "legislar en caliente" para solucionar un problema coyuntural, lo que a todas luces no es lo más adecuado. Asimismo, no hay que olvidar que el Gobierno quiere asegurar a toda costa su mayoría en el máximo órgano de los jueces justo en el momento en que su vicepresidente Iglesias tiene muchas papeletas para ser imputado por el Tribunal Supremo por el caso Dina. Como se suele decir, la mujer del César debe parecer honrada además de serlo, y la actitud de Unidas Podemos en este asunto no es precisamente muy estética. En unos momentos en los que España está viendo cómo se deteriora su imagen en el exterior, el Gobierno de Sánchez da un motivo más para la desconfianza entre las muy escrupulosas instituciones europeas. ¿Será la democracia española puesta en entredicho como Polonia o Hungría? Algunos ya lo dan por hecho.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios