Un avance con peligro de retroceso

La satisfacción por el pase a la fase 1 de Granada y Málaga no debe ocultar la evidencia de que es posible un rebrote

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, comunicó ayer que Málaga y Granada ya tienen aprobado el pase a la fase 1 de la desescalada, por lo que ambas provincias se incorporan a la misma situación en la que ya está el resto de Andalucía desde el pasado lunes. Aunque queremos pensar que el criterio político no ha pesado en una decisión que debe ser exclusivamente científica, como no han parado de afirmar las autoridades sanitarias, lo cierto es que con este nuevo paso se acaba con uno de los principales puntos de fricción entre la Junta de Andalucía y el Gobierno de la nación. Esta semana que ahora llega a su fin ha estado repleta de quejas por parte del Ejecutivo andaluz, que veía con razón cómo se habían favorecido a territorios como el País Vasco, cuyos números eran peores que los de Málaga y Granada.

Más allá de esta polémica, el pase de las dos provincias a la fase 1 es una buena noticia por dos razones. La primera es porque le dará coherencia a todo el territorio andaluz, lo que servirá para diseñar y controlar mejor los pasos concretos que haya que dar en la desescalada. La segunda, porque permite a ambas provincias empezar a calentar motores de cara a algo que es muy importante para dos territorios con costa: la temporada veraniega, de la que se va a intentar salvar los máximos muebles posibles.

Pero la lógica satisfacción por haber conseguido que Málaga y Granada hayan pasado a la fase 1, no debe ocultar un dato inquietante que se supo ayer: el número reproductivo básico, que mide las personas de media que puede contagiar un infectado, ha subido en Andalucía por encima de uno, un 1,14 para ser exactos, después de varias semanas por debajo de esa cifra. La R(0) (ésa es la denominación) viene subiendo desde hace varios días, lo que está en concordancia con la detección de más casos por PCR en Andalucía. Cuando la cifra está por debajo de uno es que una persona infectada no llega a contagia a otra en términos estadísticos. Por eso es tan importante el uno. En resumen, este dato nos indica que hay posibilidades estadísticas de un rebrote de coronavirus en nuestra comunidad autónoma. Una vez más hay que hacer un llamamiento a la responsabilidad ciudadana. Sin una vacuna ni un tratamiento efectivo, sólo el distanciamiento social y el uso de mascarillas, así como el lavado de manos, puede mantener a raya coronavirus. Convendría no olvidarlo.

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