Vuelven las colas a la N-340

Da la sensación de que se ha corrido un tupido velo sobre uno de los grandes proyectos de la comarca, el desdoble Algeciras-Vejer

La visita del ministro de Fomento al Campo de Gibraltar la semana pasada dejó una extraña sensación de improvisación y de atropello en la que, a pesar de todo, destacó el anuncio del concurso de las obras de renovación de un nuevo subtramo de la línea ferroviaria Algeciras-Bobadilla, en concreto, del trazado de 26,7 kilómetros entre Almoraima (Castellar) y San Pablo de Buceite (Jimena), continuación del trazado en el que se está trabajando en la actualidad por parte de Adif. Esta fase de las obras cuenta con un presupuesto de 15.361.276 euros y un plazo de ejecución de 12 meses. Y decimos extraña por dos motivos. El primero, porque José Luis Ábalos pasó sin querer entrar apenas en contacto con los medios de comunicación campogibraltareños. Y si lo hizo finalmente fue a instancias, paradójicamente, del alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, quien animó al titular de Fomento a hacer el anuncio de dicha obra y a apuntarse el tanto en una comparecencia en plena calle tras muchos minutos de espera y de paciencia por parte de los informadores. Extraña también porque da la sensación de que se ha corrido un tupido velo en torno al otro gran proyecto de infraestructuras que demanda la comarca, el desdoble de la N-340 entre Algeciras y Vejer. En este espacio editorial hemos subrayado en más de una ocasión que de los 1.248 kilómetros que componen la carretera más larga de toda España, tan solo permanecen con un solo carril por sentido los 75 que separan ambas ciudades gaditanas, pero el ministro no hizo alusión alguna -ni tan siquiera una reflexión voluntarista- al respecto. Y el pasado fin de semana, sin ir más lejos, se volvieron a repetir las colas kilométricas que castigan a quienes se desplazan por ese tramo, con el consiguiente riesgo de accidentes. Unas retenciones que se producen cada verano y que no por ello deben ser asumidas como normales por la ciudadanía.

Los ministros del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez tomaron posesión de sus cargos el pasado 7 de junio y se encuentran aún en el periodo de gracia que se concede a todo recién llegado, aunque tanto ellos como sus equipos deberían hacer una reflexión sobre las prioridades de sus agendas de trabajo y analizar en profundidad la situación de cada lugar que visitan, en este caso del Campo de Gibraltar, para evitar dar la imagen de que a veces corren como pollos sin cabeza, llevados seguramente por la buena fe y por la necesidad de atender las múltiples tareas dejadas pendientes por sus antecesores del PP.

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