RTVA: cambio de caras pero no de espíritu

Los partidos han vuelto a primar el perfil político sobre el profesional en la renovación del consejo de administración de la RTVA

Una vez más, los partidos con representación en el Parlamento de Andalucía han optado por primar el peso político sobre el profesional en sus propuestas para renovar el consejo de administración de la RTVA. De los nueve nombres que se aprobarán mañana en el Pleno, sólo cuatro han tenido relación con el mundo de la comunicación social, pese a que la norma dice claramente que los elegidos deben ser "personas de reconocida cualificación y experiencia profesional". Nadie entendería que para un organismo relacionado con la Hacienda Pública -por poner un ejemplo- se eligiesen a personas sin ningún tipo de contacto en esas cuestiones. Sin embargo, pese a los muchos y gravísimos problemas que tiene Canal Sur -que actualmente se ha convertido en un auténtico lastre para nuestra comunidad autónoma-, se ha optado por un consejo de administración sin conocimiento ni experiencia en la materia. ¿Cómo se va a dar el golpe de timón que necesita la radiotelevisión pública andaluza si sus consejeros apenas conocen el complicado y cambiante mundo audiovisual? Incomprensiblemente, los partidos han primado, una vez más, la fidelidad política a la pericia técnica, lo cual se acabará pagando. Al menos en esta cuestión se puede decir que el cambio que nos ha prometido el Gobierno andaluz de PP y Cs no aparece por ninguna parte y, con toda probabilidad, el consejo de la RTVA volverá a ser un campo de batalla más de los partidos políticos, donde lo de menos será la reforma a fondo del ente para que pueda convertirse en una verdadera herramienta de transformación social de Andalucía, como consta en sus objetivos fundacionales.

Por otra parte, ayer también se supieron las propuestas para los nueve miembros del Consejo Audiovisual de Andalucía, que en su gran mayoría son profesionales con una amplia experiencia en el ámbito de la comunicación. Sin embargo, aquí el problema es la misma existencia del Consejo, que a lo largo de su historia se ha desvelado como una herramienta totalmente inútil para embridar una RTVA altamente politizada (siempre en apoyo del presidente de la Junta de turno) y con una programación de bajísima calidad que, en su gran mayoría, causa rubor. El Consejo Audiovisual sólo ha servido para generar un gasto de dinero público totalmente injustificado. En el reciente cambio legislativo sobre la materia se perdió una magnífica oportunidad para suprimirlo definitivamente.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios