Ley trans, Irene Montero gana el primer asalto

La ministra de Igualdad se ha impuesto a la vicepresidenta Calvo y consigue que, por ahora, el texto acoja la polémica autodeterminación de género

El Gobierno de España dio ayer luz verde a la tramitación de la polémica Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas Lgtbi, que entre sus aspectos más polémicos incluye la llamada autodeterminación de género con un simple trámite administrativo, sin pruebas ni testigos, desde los 16 años (14 con el consentimiento de los padres). Más allá del debate que dicho texto está provocando en la sociedad y en los medios de comunicación, su aprobación en el Consejo de Ministros tiene una clara lectura política. Y es que la llamada ley trans ha dividido fuertemente al Ejecutivo entre los que se oponían a la autodeterminación de género, los ministros socialistas liderados por Carmen Calvo; y los que consideran esta figura como un avance fundamental en los derechos de los ciudadanos, los ministros de Unidas Podemos liderados por la ministra de Igualdad, Irene Montero. A la vista está que la ganadora (por ahora) de dicho enfrentamiento ha sido Montero, lo que deja claro que Pedro Sánchez piensa agotar una legislatura para la que necesita el apoyo de Unidas Podemos. Aunque hay voces que afirman que el texto sufrirá algunas transformaciones importantes durante su tramitación parlamentaria, lo cierto es que, hoy por hoy, es el sector morado del Ejecutivo el que gana. La ley trans también ha supuesto el enfrentamiento entre el sector más histórico del feminismo, que cree que la autodeterminación de género es una amenaza para los logros históricos del movimiento y la legislación en favor de la mujer, y el sector más radical e influenciado por las teorías queer. Es evidente que el feminismo clásico, en el que militan algunas de las luchadoras más veteranas por los derechos de la mujer, ha sufrido una derrota. Si finalmente el Parlamento aprueba la ley trans, cualquier persona de sexo masculino podrá ser considerada oficialmente como mujer con el único requisito de realizar unos trámites que no llevarán más de tres meses. ¿Supondrá esto el vaciamiento de conceptos como femenino y masculino, hasta ahora básicos en nuestra concepción del mundo? Ése es, más allá de las trifulcas políticas, el gran enigma.

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