Garantizar la estabilidad y la moderación

La voluntad de C's de seguir con el pacto de estabilidad en Andalucía aleja cualquier tentación de buscar un acuerdo PSOE-Podemos

La reunión mantenida ayer en el Palacio de San Telmo entre la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y el líder de Ciudadanos en nuestra comunidad autónoma, Juan Marín, deja un titular más que positivo: la estabilidad del Gobierno andaluz está garantizada hasta que finalice la actual legislatura. Díaz habrá podido perder las primarias socialistas, pero eso no cambia un ápice el hecho de que fuese la candidata más votada por los andaluces en las últimas elecciones autonómicas y la que consiguió forjar un pacto de gobernabilidad con C's para ser investida presidenta de la Junta. La lógica política, siempre que se busque la estabilidad y el bien común, es que Susana Díaz siga gobernando con el sosiego institucional necesario para acometer los importantes problemas que existen en materia de empleo, sanidad, educación, etcétera. El pacto con Ciudadanos, hasta el momento, ha funcionado razonablemente bien y hay que destacar la buena voluntad del partido naranja por mantenerlo en unos momentos en los que la figura de Díaz ha sufrido un importante varapalo tras su frustrado intento de liderar el PSOE a nivel nacional. Además, el paso dado por Marín imposibilita cualquier tentación de buscar un acuerdo PSOE-Podemos , lo cual sería abandonar la senda de pragmatismo y moderación que hasta ahora pregona el socialismo andaluz.

Por su parte, Susana Díaz haría bien en atender dos de las principales reivindicaciones de Ciudadanos para el segundo tramo de la legislatura: la reforma de la Ley Electoral andaluza, para igualar en lo posible el voto de todos sus habitantes, y la reducción de los aforamientos. Ambas medidas están en la línea de regeneración democrática que apoya la gran mayoría de la sociedad española y andaluza. Sin embargo, hay que abordarlas sin maximalismos ni demagogias. Sobre la Ley Electoral ya se creó un grupo de trabajo en el Parlamento por el que han pasado más de 70 expertos, que más o menos han coincidido en que en Andalucía no se dan los problemas de representatividad que hay en el conjunto de España, lo cual es debido al amplio tamaño de sus ocho circunscripciones. Algo se podrá mejorar, pero no mucho más. Por la otra parte, la reducción de los aforados, sobre todo si se trata de los diputados autonómicos, supondría la puesta en marcha de un arduo y largo proceso político, el que se requiere para la reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía. Eso no quita que no se puedan llegar a acuerdos satisfactorios para C's que sigan garantizando la estabilidad y la moderación del Gobierno andaluz.

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