E L proyecto del avión militar de transporte A400M ha recibido un importante espaldarazo al firmar la empresa fabricante, Airbus, y los siete países clientes -Alemania, Francia, Reino Unido, España, Turquía, Bélgica y Luxemburgo- un nuevo contrato que prevé prolongar la fabricación del modelo una década (hasta 2030), aunque con menor producción y contemplando "una compensación significativa" en productos y servicios a cambio de "los compromisos económicos derivados de los anteriores retrasos en las entregas". Se puede decir, pues, que con la firma de este documento se sortea la crisis que rondaba desde hace ya demasiado tiempo a este importantísimo proyecto para la industria militar y aeroespacial europea, ya que Airbus esquiva millonarias sanciones económicas por los retrasos en las entregas del modelo. De hecho, Airbus no podía ayer esconder su satisfacción y, en un comunicado, aseguró que con la firma del acuerdo "los clientes y la industria tienen la oportunidad de mejorar juntos la plataforma A400M."

A estas alturas, no hay que insistir mucho en la importancia que tiene el proyecto del A400M para Andalucía ya que es en Sevilla donde se ensambla el modelo. El sector aeroespacial, además de generar una importante industria auxiliar de alto valor tecnológico, atrae a nuestra tierra importantes inversiones y personal altamente cualificado. Con ser muy importantes, no todo en Andalucía es turismo y sector agroalimentario, y la industria aérea, además de aumentar sensiblemente las cifras andaluzas en las exportaciones, nos permite participar en una actividad con un fuerte componente tecnológico cuyos beneficios son evidentes.

Pese al importante apoyo de los países europeos antes señalados, el programa del A400M se ha enfrentado a numerosos problemas económicos y de ingeniería a lo largo de su trayectoria. El pasado año, por ejemplo, se anunció un nuevo sobrecoste de 2.200 millones de euros por los problemas en la caja de engranajes del motor del avión, que se sumaba a los muchos otros de años anteriores. Pero lo importante es la voluntad política de seguir adelante con un proyecto vital para la industria de defensa europea en unos tiempos en los que el continente debe buscar cada vez más su autonomía en asuntos militares. En este sentido, el nuevo contrato del A400M no puede ser más que recibido como una muy buena noticia para Europa, España y Andalucía.