Una Diada no sólo deslucida por el Covid

Cataluña carece de un Gobierno regional efectivo desde 2017, no hay liderazgo ni gestión ni futuro para una comunidad que declina ante el auge madrileño

La celebración de llamado Día nacional de Cataluña, la Diada, quedó ayer deslucida por la pandemia del Covid-19. No se convocó la masiva manifestación que desde el año 2012 ha servido para agitar y extender el independentismo en una comunidad que, hasta ese momento, no había sido rupturista. La Gran Recesión acarreó una crisis social y política en casi toda Europa y en Cataluña se materializó en un malestar institucional al que su entonces presidente, Artur Mas, se sumó para no verse engullido también. Todas las fuerzas nacionalistas, independentistas y antisistema confluyeron en una unidad que, a día de hoy, está rota. Las dos formaciones que integran el Gobierno catalán - ERC y los de Puigdemont- ya no tienen ni el recato de mostrar sus amplias diferencias; el presidente Quim Torra no termina de convocar elecciones, aunque hace ya medio año que proclamó que la legislatura se había acabado y, próximamente, el Tribunal Supremo lo terminará inhabilitando por una desobediencia confesa. Esquerra Republicana, que podía haber aprovechado la debilidad del Gobierno central para encauzar la cuestión catalana, ha preferido boicotear todas las iniciativas esenciales del Ejecutivo de Pedro Sánchez, desde los proyectos de Presupuesto a las declaraciones del estado de alarma. Es paradójico que los republicanos sean los principales responsables de la incipiente alianza entre el PSOE y Ciudadanos. Por ello, no sólo es el Covid lo que desluce la Diada, lo es la propia situación política de Cataluña, que lleva desde 2017 sin un Gobierno autonómico efectivo. No ha habido liderazgo ni gestión ni propuestas para un futuro de una comunidad que declina ante el auge madrileño. Quim Torra quiere ganar algo de tiempo para que el líder al que se debe -el huido Puigdemont- consolide un nuevo partido, una vez que ha roto con el PDeCAT, heredero de la antigua Convergència. Puigdemont desea volver a ganar a ERC en las filas del soberanismo y es posible que lo consiga, Torra marcará la fecha de las elecciones cuando más les convenga, porque se niega a que le suceda, cuando sea inhabilitado, un presidente o de ERC o que no se sitúe detrás de la estela del fugado de Bélgica.

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