Campaña de acoso a Felipe González

Felipe González, uno de los grandes políticos del siglo XX, fue decisivo para consolidar la democracia y construir el Estado del bienestar

En los últimos días asistimos a una campaña política y mediática contra Felipe González, ex presidente del Gobierno socialista y uno de los pilares fundamentales de la Transición y la construcción de la democracia española. Una vez más se intenta afirmar rotundamente que fue el político andaluz el que personalmente ordenó la guerra sucia contra la banda terrorista ETA bajo las siniestras siglas del GAL, uno de los episodios más lamentables y oscuros de una joven democracia que tenía asombrado al mundo. La principal prueba que se esgrime son unos papeles de la agencia de Inteligencia de los Estados Unidos, la CIA, en la que se especula con que González puede ser la famosa X de este grupo de mercenarios y agentes de las cloacas del Estado. Sin embargo, dichos papeles, que algunos han elevado a verdad indiscutible, sólo hace conjeturas que en ningún momento son ratificadas con documentos, fotos o fuentes directas, más allá de algunos periodistas. Como se suele decir, hablan de oídas.

La participación del Gobierno de Felipe González en el terrorismo de Estado contra ETA es algo ya demostrado y juzgado, pero nunca se pudo llegar a la conclusión de que el presidente estuviese implicado en estos hechos. Es cierto que puede resultar extraño que un político como él, con un absoluto control de su Ejecutivo, no estuviese, como mínimo, al tanto de una decisión de tanta envergadura como la de crear un grupo para la guerra sucia. Sin embargo, no se pueden hacer acusaciones tan graves sin pruebas muy contundentes, por mucho que sean lógicas y verosímiles.

Más allá de esto, lo cierto es que los GAL fueron un gran error que en nada ayudó a derrotar a la banda etarra, sino más bien lo contrario, la reforzó y la victimizó de cara a la sociedad vasca, en la que siempre hubo amplios sectores que justificaban la acción de ETA. Con el tiempo se demostró que sólo con legislación, eficacia policial y unidad de los partidos democráticos se podía acabar con el terrorismo.

Felipe González es uno de los grandes presidentes de la historia de España, un personaje que contribuyó decisivamente a consolidar la democracia y que impulsó considerablemente la construcción del Estado del bienestar. Como todos los personajes históricos, tiene sus luces y sus sombras, pero el balance final no puede ser más que positivo, por mucho que los que ahora quieren desmontar la democracia española pretendan ensuciar su nombre.

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