¿Será por el virus?

Lástima que haya tanta gente en la política que da para poco más que para calentar su poltrona

Algeciras ha vivido estos últimos días y, por ser más concreto el martes, un acontecimiento cultural de gran significación y alcance. De una gran trascendencia, también. La Delegación de Cultura -cuya gestión pasa por sus mejores momentos- ha culminado un viejo proceso exponiendo treinta y dos obras de uno de nuestros artistas más brillantes y singulares. Felipe Gayubo tenía 20 años cuando recaló por estos pagos. Su familia, procedente de Aranda de Duero, se trasladaba a nuestro entorno por razones ligadas al trabajo del padre. Felipe era el segundo de cinco hermanos. Mariángeles, la más pequeña, es ahora la responsable de su legado: un montante de obras de arte que hace unos pocos años, el Ayuntamiento se comprometió a mantener en depósito y a exhibir en donde y cuando pudiera. Cinco de ellas están expuestas de modo permanente en el Museo Municipal y las demás esperan su oportunidad.

Llama la atención el hecho de que en una convocatoria como la del martes, presidida por el alcalde, la subdelegada de la Junta y la delegada de Cultura, no hubiera ni un solo miembro de la oposición ni apenas personalidades ligadas a las instituciones culturales de la sociedad civil. No puedo imaginar que la cultura y el arte, el conocimiento en fin, tengan una componente selectiva que asocien su práctica a identidades políticas, ideológicas o de grupo. Pero mi incapacidad para entender esas ausencias no es fruto de la observación sino todo lo contrario. Es como si ante un evento cultural, una exposición de pintura, un concierto, una proyección cinematográfica o una representación teatral, el posible espectador hiciera depender su interés o asistencia, de factores ligados a la ideología o el parecer de los organizadores.

En las iniciativas culturales de los organismos públicos, es frecuente que las autoridades presentes en los actos sean de la cuerda de los organizadores. Esa actitud da un pobre imagen del resto de la Corporación, pues denota un interés nulo por los administrados. Yo quisiera creer que es el virus el culpable de que el martes estuviéramos pocos en el Museo, pocos considerando la importancia del evento y cuanto tiene de recuperación de unos valores artísticos que las circunstancias han mantenido fuera del alcance del personal. Bien que la asistencia era de una calidad poco común, lástima que haya tanta gente en la política que da para poco más que para calentar su poltrona.

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