Cuando entraba días pasados en Conil de la Frontera, por la Fuente del Gallo, recordé que en la década de los sesenta, uno de los promotores de la urbanización, nuestro querido tío Pedro Lamet Orozco, supo ver en aquella tierra, lo que hoy ya es un barrio más de la ciudad. Había entonces, sólo algunos chalets individuales, un hotel y por supuesto una de las playas más bonitas del frente atlántico gaditano. Para muchos comprovincianos Conil, solo es una marca de referencia de los buenos tomates y las patatas, pero es mucho más. Lo saben, los turistas que la abarrotan en verano, haciendo que su población se triplique y que disfrutan, aparte de sol y playas, de su pujante gastronomía. Fue todo un lujo, contar con Juan Márquez, director del CEPER Almadraba, de la localidad, como guía experto, profundamente enamorado de su tierra. Siguiéndole, pude conocer la lonja de pescado, verdaderamente curiosa y el empeño de los pescadores en asegurar la calidad del producto. En el Centro de Interpretación de la Almadraba, recreó para nuestra imaginación, en los terrenos donde se hacía el ronqueo de los atunes, el espectáculo medieval en que los Duques de Medina Sidonia y sus invitados, seguían el vibrante ajetreo de cientos de obreros, utilizando la fuerza bruta para la faena, en un patio teñido de la sangre de los túnidos. Por fin, entendí la expresión: "Por atún y a ver al Duque…….", o sea que el tráfico de influencias, viene de lejos. Me maravilló la visita a la Cooperativa Agrícola "Ntra. Sra. de las Virtudes". Cuando llegamos, en una gran nave, estaba a punto de comenzar la subasta diaria y aquello era una orgía de olores de todas las variedades de verduras, hortalizas y algunas frutas que comercializa la entidad. Carretillas eléctricas, pululaban llevando las pilas de cajas de un lugar a otro, aportando gracilidad, a la paleta de colores de la mercancía. Otra nave de envasado, selecciona automáticamente los tomates, por calibre y color, de manera que al final del proceso, pueda acreditarse la trazabilidad del producto desde el campo, hasta su cesta. Actualmente la Cooperativa está constituida por unos 500 socios de los municipios de Barbate, Chiclana, Conil, Vejer, Medina Sidonia y Puerto Real. Desde 2015, poseen el certificado de calidad GlobalGAP y proyectan lanzarse en el futuro próximo, a dar un salto en la cadena de valor, con la nueva ampliación de las instalaciones. Que quieren que les diga, seré un sentimental, pero yo me siento muy orgulloso de los hombres y mujeres de mi tierra que trabajan con talento y perseverancia para que un simple tomate, sea una obra de arte, al alcance de todos.

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