A ver qué nos hacen

El volumen de dotaciones de profesorado de la Universidad de Cádiz, está muy por debajo de lo deseable

En el largo y penoso transcurrir que ha conducido a que Algeciras sea una ciudad universitaria, los muchos errores cometidos han encarecido el proceso hasta límites que debieran conocer los contribuyentes. Fue una iniciativa de la Mancomunidad en la última década del siglo pasado, que amplió el Ayuntamiento de Algeciras, acudiendo a la fórmula de centros adscritos. No era necesario, pero lo que querían los políticos que en ese momento administraban los caudales públicos, era disponer de centros de enseñanza superior a modo de lustre electoralista. Cualquiera en su sano juicio, habría pensado en la complejidad del contenido, pero los políticos, salvo pocas excepciones, no piensan más que en el continente. Es bueno que la universidad se instale, pero debe hacerlo con las garantías de calidad imprescindibles y de tal modo que el costo repercuta en la Administración Educativa y no en el municipio o en la mancomunidad.

No muchas ciudades de un cierto número de habitantes carecen hoy día, de algo que rotular con nombres alusivos a la universidad. En Algeciras, el frontispicio del antiguo hospital militar de la calle Convento, tal vez fuera el de mayor número de agujeros por centímetro cuadrado de tantos como han proliferado y luego han sido descartados o corregidos. Como no sabían lo que tenían entre manos, ponían facultad sin que lo fuera o universidad sin que la de Cádiz lo hubiera autorizado. Con mi viejo amigo, el librero Carlos Prieto, cruzaba yo apuestas sobre lo que tardarían en cambiar o corregir el rótulo de turno. Finalmente, el edificio, alterado en su aspecto histórico -se ha sustituido una ventana por una puerta- a pesar de ser de una estética integrada en donde está, se ha convertido en albergue generosamente desaprovechado, de dependencias municipales.

Si bien el volumen de dotaciones de profesorado de la Universidad de Cádiz, en el llamado campus Bahía de Algeciras -uno de los cuatro existentes-, está muy por debajo de lo deseable, ahí está y pues está, una política inteligente sería especializarlo. De modo que bien venido sea ese Centro de Investigación Marítima de la UCA. Esperemos que no acabe siendo poco más que un aulario con despachos y que no nos tengamos que hacer una pregunta como la que a veces nos hacemos sobre el llamado Campus Tecnológico. Porque más allá de organizar cursos no da la impresión de albergar una actividad investigadora para la que parecía estar previsto.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios