La utilidad es inútil

Las dos ventajas competitivas de Ciudadanos frente al PP las ha propiciado el propio PP

Hace unos artículos, en la soledad de mi escritorio, de noche, me atreví a defender, con mano trémula, la posibilidad de un sorpasso por el centro, a diferencia de aquel célebre sorpasso por la izquierda de Podemos al PSOE, que había resultado un fiasco. Probablemente usted no lo recordará, porque al día siguiente, aquello que yo había escrito en un rapto de audacia, era la comidilla de todos los columnistas, y mi artículo no saldría hasta otro día después. Cuando se publicó no era sino un lugar común.

Pero más analizable, porque ya no era un pálpito personal, sino una posibilidad compartida e incluso avalada por algunas encuestas. En contra, cuenta con el precedente de la disputa entre el PSOE y Podemos. Todo apuntaba a que sí y fue que no. Los viejos partidos, como grandes buques, tienen una poderosa inercia. La de un aparato que llega al fondo de la sociedad, con mucho más calado en las ciudades, los pueblos y los barrios, que contrarresta el esplendor espumoso de las redes sociales. Con eso hay que contar, y más aún en el caso del PP, que dispone del mayor número de afiliados de España.

A cambio, el PP tiene que enfrentarse a dos ventajas de Ciudadanos que, para más inri, ha propiciado él con tesón. No me refiero a la valoración social de Rajoy ni a la corrupción, que están ahí, pero con las que el PP ha lidiado victoriosamente hasta ahora. En primer lugar, me refiero a la condición de voto útil, que es la que el Partido Popular ha priorizado en todos sus mensajes políticos. El problema de la utilidad es que fácilmente puede ser sobrepasada por un utilitarismo mayor. Mientras que la defensa de valores y principios presenta una estabilidad que está por encima de la melé, la utilidad depende de la agilidad, de las circunstancias y de la percepción. Lo advertía ayer José Aguilar: como Ciudadanos transmita pragmatismo -en lo que está centrado y para lo que Arrimadas en Cataluña puede ser esencial-, el PP del mal menor y del voto útil puede haber encontrado la horma de su zapato: un mal todavía menor y una utilidad más versátil.

El otro problema estriba en que Ciudadanos adelantaría al PP por el centro, mientras que el fracasado intento de Podemos era hacerlo al PSOE por la izquierda radical. Los populares llevan decenios priorizando el centro como única opción política racional, moderna, tolerante y guay. Quizá le han hecho la autopista a sus rivales de ahora.

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