La chicotá

Juan Antonio Ruiz Montalba

Los símbolos de la Pasión

Todo lo que rodea a nuestra Semana Santa se centra en el símbolo de la Cruz, donde Jesucristo murió por todos nosotros para redimirnos del pecado. En torno a ella nos movemos los cristianos, en la fe, en la devoción a los Sagrados Titulares, en vivir la experiencia cada año, en siete días que son únicos e inolvidables pero que pasan como un suspiro. Sin dar tiempo a pararnos, reflexionar para ver todo lo que rodea la Pasión, Muerte y Resurrección plasmado en cada paso procesional, es lo más importante y cada uno lo vivimos de distintas formas.

Entraste Triunfal, con ramos de olivos cantaron ¡HOSANNA! de palmas crearon tu palio y una alfombra de mantos granas postraron a tus pies, aclamado como Rey victorioso. Lloraste en Getsemaní cargando con los pecados, lo viviste en tu propio cuerpo, derramando gotas de sangre que caían del sudor en un profundo dolor.

Anduviste descalzo, Cautivo, maniatado, preso de una gran injusticia, como un vulgar delincuente, así fuiste entregado sin encontrar ningún delito en su persona.Sufriste el dolor de los duros azotes y las burlas de los que te apresaron, atado a una columna atiborrado de toda clase de vejaciones y desprecios, te ciñeron una corona de espinas, por si fuera poco la flagelación.

Cargaste con el peso de nuestros pecados, ¿cuánto pesaba la Cruz Señor? Qué crueldad más grande, caminando con la Cruz rezabas, perdonabas, luchabas.Caíste con el madero apoyado en tu hombro, te levantabas y caías de nuevo, hasta tres veces Señor, nosotros Nazarenos de Cristo queremos ser ese Cirineo que te ayudó a portar la Cruz.

Crucificaste tu cuerpo clavado de pies y manos ejecutado de forma cruel y terrible, de la forma más humillante e inhumana, aún sin haber cometido ninguna falta.Moriste tras todos los castigos sufridos con una lanza clavada en tu costado, ¿Por qué Señor? para liberarnos, para darnos vida, que ejemplo más grande nos diste.

Resucitaste, venciste a la cruz, a la muerte y viniste a nosotros, eres el Señor de la vida, rompiste todas las cadenas para mostrarnos un mundo nuevo, donde reine la fe, la paz y la esperanza.

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